Mientras el estadounidense Caleb Plant sucumbía ante el poder de sus puños, Saúl Álvarez escribía con tinta dorada su nombre en la historia del boxeo, pero lo ocurrido la noche del 6 de noviembre de 2021 en Las Vegas no es suficiente para el voraz apetito del Canelo.
El púgil mexicano se proclamó monarca indiscutido de los supermedianos, al poseer al mismo tiempo los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Asociación Mundial (AMB), la Organización Mundial (OMB) y la Federación Internacional (FIB).
Fue apenas el sexto boxeador en la historia que lo consigue, sin importar la categoría, además de ser el primer latinoamericano. No, tampoco eso es suficiente para él.
Es por eso que este sábado, ante el ruso Dmitry Bivol, iniciará el mismo camino, en pos de quedarse con todos los fajines de los semipesados. No hay antecedente alguno de un boxeador que haya sido monarca indiscutido en dos divisiones.
Su rival sobre el cuadrilátero de la Arena T-Mobile en Las Vegas es el actual monarca semipesado de la AMB. Si lo vence, en septiembre cerrará la trilogía ante el kazajo Gennady Golovkin, aunque lo que le seduce vendría después.
La idea es medirse al ganador del muy posible combate entre el ruso Artur Beterviev y el estadounidense Joe Smith Jr., quienes en conjunto poseen los otros tres cetros dentro de la categoría sempiesada. Porque el apetito de gloria del Canelo es insaciable.