En lo que hoy se erige una casa habitación, en las inmediaciones de la colonia Delicias, en la época de la antigua Tenochtitlan se cimentó nada más y nada menos que un sistema artificial de cultivo, mejor conocido como “chinamperas”. Este es el nuevo descubrimiento realizado por el Instituto Nacional de Antropología (INAH), durante un recorrido de supervisión arqueológica. Pero este no fue el único hallazgo de valor patrimonial cultural, sino que se encontraron vestigios de la época virreinal, ofrendas y una escultura.

El descubrimiento ocurrió mientras que se llevaban a cabo los trabajos de excavación, que forman parte de un proyecto de modernización de la Subestación de Energía Eléctrica de Alta Tensión Buen Tono, los cuales se levan a cabo en el extrarradio de la colonia Centro.

De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Cultura, a través del INAH, los hallazgos fueron registrados en un predio ubicado entre las calles Delicias y Buen Tono. Los expertos creen que, durante el siglo XIX, el terreno fue ocupado para la construcción de los baños públicos “Las delicias”.

El proyecto fue sostenido por 15 arqueólogos y un centenar de trabajadores que se dedicaron a excavar y explorar dos y medias hectáreas. Como resultado, el equipo del INAH ubicó diversos testimonios materiales, los cuales van del periodo Posclásico Tardío (1200-1521), el dominio mexica y parte del siglo XX.

Los vestigios no sólo significan el rescate de parte del patrimonio cultural de nuestro país, sino que además han servido para estudiar la transición que sufrió la zona residencial y chinampera, tras el asentamiento del México independiente, la industrialización porfirista y la Ley de desamortización que modificó los convencionalismos del derecho a la propiedad.

Alicia Bracamontes Cruz, responsable del salvamento arqueológico, señaló que en la época prehispánica el predio se hallaba en los límites de dos barrios: Yopico y Teocaltitlan, en el barrio prehispánico de Moyotlan, uno de los cuatro que pertenecían a Tenochtitlan.

En el resto de la vivienda donde se ubicaron otros hallazgos, se trata de una extensión mucho más pequeña que la primera, distribuida en 400 m². En esta area se encuentra la zona de chinampas, que consiste en canales delimitados con el resto del islote que además contó con un embarcadero. De los canales se encontraron restos de vigas de madera extendidas en dos direcciones diferentes.

Dentro del área habitacional se rescataron elementos bajo los pisos de adobe de 11 a 15 cm de grosor, entre ellos un par de vasijas funerarias —de los tipos Rojo Texcoco y Canal Café Monocromo— que contienen restos óseos de infantes; y un par de entierros asociados con una ofrenda de incensarios, malacates y herramientas para hilar.

INAH también informó que debajo de los pisos también se ubicó una escultura en piedra del Posclásico Tardío, de 60 cm de alto. De acuerdo a los arqueólogos, representa a un hombre con maxtlatl o taparrabo, en posición de lanzar algo.

“La falta de pulimento en el cuerpo indica que fue inacabada y se especula que la ocultaron intencionalmente en la época del contacto español, a partir de 1521 d.C., para lo cual rompieron tres apisonados de barro”, detalla el comunicado.

Por su parte, Bracamontes Cruz mencionó que del asentamiento colonial de los siglos XVI-XVII sobresalen en los restos de los muros, que se erigen a lo ancho de 50 cm, elaborados con piedras unidas con lodo, los cuales daban acceso a cuatro habitaciones y a un patio.

melc

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