El joven sospechoso de matar a tiros a 10 personas y de herir a otras tres en un supermercado en Buffalo, Nueva York, buscó deliberadamente un sitio con una alta población afroamericana, dicen las autoridades.
El ataque está siendo investigado como un acto de extremismo violento por motivos raciales.
El sospechoso, Payton Gendron, de 18 años, condujo más de 320 kilómetros para llevar a cabo el ataque, indicó la policía. Tenía planeados más tiroteos masivos, según las investigaciones.
El alcalde de Buffalo, Byron Brown, declaró que el sospechoso llegó con la intención de acabar con “la mayor cantidad de vidas negras posible”.
Gendron había amenazado previamente con un tiroteo en su escuela secundaria en junio pasado, le dijo un funcionario a la prensa.
Las autoridades investigan un documento de cientos de páginas, aparentemente escrito por Gendron, en el que se describe a sí mismo como un fascista y un supremacista blanco.
Según el documento, hace dos meses visitó el supermercado de Buffalo para compilar información sobre el lugar, al que nombró “área de ataque 1”.
En aquella ocasión, fechada el 8 de marzo, un guardia de la tienda notó su presencia: “Te he visto entrar y salir… ¿Qué estás haciendo?”, le preguntó.
Respondió que estaba “recopilando datos” y poco después regresó a su automóvil. “En retrospectiva, escapé por poco”, apuntó, según un reporte del diario The Washington Post.
En el documento hay varias fotos de Gendron.
Informaciones como estas han abierto interrogantes sobre cómo pudo llevar a cabo el ataque cuando posiblemente ya estaba en el radar de las autoridades.
“Quiero saber qué sabía la gente y cuándo lo supo”, le dijo a ABC News la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul.
Funcionarios del FBI confirmaron que el atacante pasó un día y medio en un hospital para someterse a una evaluación de salud mental el año pasado, después de que escribió en un trabajo escolar que quería cometer un asesinato/suicidio.
El propietario de la armería que vendió el arma semiautomática utilizada en el ataque dijo a varios medios estadounidenses que no apareció ninguna alerta cuando registró el nombre del sospechoso en un sistema de verificación de antecedentes.
Mientras tanto, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, explicó que su oficina se centrará en el material extremista encontrado en línea.
“Este evento fue cometido por un individuo enfermo y demente que fue alimentado [con una] dieta diaria de odio”, dijo.
Según la información compartida por las autoridades, Gendron no había permanecido bajo vigilancia, a pesar de las amenazas que había expuesto.
El tiroteo ha sorprendido a la comunidad local. Uno de los asistentes a una vigilia el domingo dijo “simplemente duele, por qué alguien haría eso”, informó Reuters.
Qué se sabe de las víctimas
De las 13 personas baleadas, la policía dijo que 11 eran negras. Entre las víctimas fatales se encuentran un hombre que compraba cupcakes para el cumpleaños de su hijo y una mujer que había ido de compras después de visitar a su esposo en un hogar de ancianos.
“Literalmente buscó un código postal que tuviera la mayor concentración de afroestadounidenses”, afirmó el reverendo Darius Pridgen desde el púlpito en la iglesia baptista True Bethel en Buffalo.
Algunas de las víctimas son Andre Mackniel, quien compraba cupcakes para el cumpleaños de su hijo; Roberta Drury, de 32 años, quien iba a hacer compra; Aaron Salter, un policía retirado que trabajaba como guardia de seguridad del supermercado; o Hayward Patterson, 65 años, quien prestaba servicio de transporte hasta el supermercado por un precio más asequible, según informó The New York Times.
Tres víctimas más son mujeres de la tercera edad: Pearl Young, de 77 años; Ruth Whitfield de 88 años, defensora de derechos civiles y de educación, y Celestine Chaney de 65, que se encontraba haciendo compras con su hermana, quien logró esconderse durante el tiroteo.
Un patrón demasiado familiar
Por Mike Wendling, BBC
Christchurch (Nueva Zelanda), El Paso, Pittsburgh y ahora Buffalo (Estados Unidos): todos ellos lugares donde los agresores por motivos raciales, radicalizados en línea, llevaron su ideología a extremos mortales.
El atacante en Buffalo, como los anteriores, transmitió en vivo su alboroto violento y dejó un llamado “manifiesto” en línea. Detalla sus creencias extremistas y está repleto de estadísticas seleccionadas, teorías de conspiración y memes de Internet.
El archivo contiene montones de contenido racista y antisemita junto con admisiones directas de que el autor es un fascista y un supremacista blanco.
Si se puede creer al autor, ya que el documento también contiene claramente desinformación e intentos patéticos de engañar a los reporteros para que informen historias falsas, se radicalizó al principio de la pandemia de Covid-19, en sitios web extremistas y foros de mensajes como 4chan.
Al igual que después de los tiroteos en las mezquitas de 2019 en Christchurch (Nueva Zelanda), las grandes empresas de redes sociales tendrán dificultades para eliminar las imágenes del ataque.
Y seguramente se reavivará el debate estadounidense sobre el control de armas, aunque sea brevemente.
Pero el problema subyacente parece tan intratable como siempre: una red mundial de jóvenes extremistas violentos, algunos de los cuales están motivados para lanzar ataques mortales contra personas inocentes.