Un fascista y un supremacista blanco.
Así se describe a sí mismo el sospechoso de matar a 10 personas en un supermercado en Buffalo, según un documento de 180 páginas aparentemente escrito por él.
Las autoridades de Buffalo aseguran que Payton Gendron, de 18 años, buscó deliberadamente una localidad con una alta población negra para cometer el crimen que dejó además a tres personas heridas.
De las 13 personas baleadas, 11 eran negras.
De acuerdo con la policía, Gendron habría conducido más de 320 kilómetros para llegar a la ciudad ubicada en el norte del estado de Nueva York.
Por su parte, el alcalde de Buffalo, Byron Brown, afirmó que el sospechoso llegó con la intención de tomar “la mayor cantidad posible de vidas negras”.
El ataque está siendo investigado como un crimen de odio racial.
Se cree que Gendron publicó en línea un manifiesto de 180 páginas en el que llamó a los blancos a despertarse y matar a afroamericanos y judíos, según un alto funcionario federal de Estados Unidos.
“Gran remplazo”
En la página 165, bajo el título “Matar a los enemigos de alto perfil”, nombró al alcalde de Londres, Sadiq Khan, hijo de inmigrantes pakistaníes, como uno de los tres hombres a los que quería matar.
“Este invasor musulmán pakistaní ahora se sienta como representante de la gente de Londres. Londinium, el corazón mismo de las islas británicas”, aseguró.
La noche del sábado, las autoridades locales estudiaron detenidamente el documento que describe cada paso de un plan para matar a la mayor cantidad posible de personas negras.
Habla del rifle de asalto semiautomático Bushmaster que utilizaría y da detalles del área de estacionamiento al que conduciría y de la red por la que transmitiría en vivo el acto de violencia.
En el documento de 180 abundan los comentarios racistas y antiinmigrantes que argumentan que los estadounidenses blancos corrían el riesgo de ser reemplazados por personas de color, una ideología común en la extrema derecha conocida como la teoría del “gran reemplazo”.
Se trata de una teoría que ha inspirado a otros extremistas en el pasado.
En 2019, Brenton Tarrant, un extremista australiano que transmitió en redes sociales su ataque a una de las mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, publicó en Facebook un manifiesto de 74 páginas bajo ese nombre: “El Gran Reemplazo”.
Con ese texto, plagado de preguntas hechas a sí mismo y sus propias respuestas, y publicado en una cuenta ya cerrada por Facebook, el hombre trató de justificar su crimen que dejó más de 50 muertos.
Genocidio blanco
El “Gran Reemplazo” es la denominación de un movimiento global que ha estado creciendo rápidamente en internet y que cree firmemente que los europeos están sufriendo lo que él llama un “genocidio blanco”.
“Es una reacción de los blancos que sienten que el mundo está cambiando en una dirección que no les beneficia”, asegura Berta Barbet, del grupo de análisis independiente Politikon.
“A medida que el mundo progresa, van perdiendo status y toman conciencia de que hay personas que están por encima de ellos y personas por debajo”, añade la experta.
Los supremacistas tienen claro que en el mundo existe una jerarquía racial en la que, consideran, ellos deberían estar en lo más alto.
“El principio central de esta teoría de la conspiración es que los ‘pueblos europeos’ se están extinguiendo y están siendo ‘remplazados’ por inmigrantes con una cultura diferente, inferior y peligrosa”, explica Dominic Casciani, corresponsal de Asuntos Internos de la BBC.
Origen en Francia
La idea del gran reemplazo surgió por primera vez en Francia.
Fue introducida en 2010 por el escritor ultraderechista francés Renaud Camus tras la publicación de su libro “Gran reemplazo”, y desde entonces ha sido retomada por esferas identitarias y políticos como el excandidato ultraderechista a la presidencia de Francia Eric Zemmour.
Camus se ha negado a admitir que sus comentarios incitan al odio o la violencia, pero la red social Twitter suspendió su cuenta el año pasado.
El escritor ha sido juzgado en varias ocasiones en su país por incitar al odio racial tras la publicación de comentarios calificados como ofensivos en Twitter.
Pero muchos argumentan que las nociones de esta teoría se remontan a 1900, cuando el padre del nacionalismo francés Maurice Barrès habló de una nueva población que tomaría el poder y “arruinaría nuestra patria”.
“El nombre de Francia bien podría sobrevivir; sin embargo, el carácter especial de nuestro país sería destruido, y las personas instaladas en nuestro nombre y en nuestro territorio moverse hacia destinos contradictorios a los destinos y necesidades de nuestra tierra y de nuestros muertos”, escribió en un artículo publicado por el diario Le Journal.
Las tasas de natalidad y fertilidad de las mujeres también juegan un papel importante en esta teoría.
Tarrant, el atacante de una de las mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, se quejó en su manifiesto de las bajas cifras en países occidentales en comparación con las de otras culturas y apunta a esto como otra de las razones de lo que llamó “invasión”.
“La inmigración masiva y las altas tasas de los propios inmigrantes están causando este incremento en su población”, escribió.
“Esto dará como resultado un remplazo racial y cultural completo de los europeos”.
Culpa del gobierno
Los defensores de la teoría del “Gran Reemplazo” también suelen acusar a los gobiernos de ser los culpables.
“Parte de la teoría dice que los Estados y las empresas están alentando el ‘genocidio blanco’ al elevar las tasas de inmigración simplemente para mantener el capitalismo global”, recuerda Casciani, de la BBC.
Ocasionalmente, la teoría se sumerge en las creencias antisemitistas y neonazis al culpar a los judíos del sistema económico mundial.
“Estos grupos, que tienden a ser hombres blancos, generalmente con poco estudios, se han sentido abandonados por la política y creen que se está prestando más atención a los problemas de los demás que a los suyos”, explica Barbet.
“La conspiración es una parte central de un creciente número de foros en internet, particularmente en grupos ocultos y privados en Facebook y otras redes sociales”, afirma Casciani.
“Es en estos grupos en los que creyentes de este tipo de teorías, alejados de los hechos y de fuentes de información fiables, comparten noticias falsas y refuerzan sus propios miedos”, agrega el experto.
*Con reportaje de Cristina Jiménez y Norberto Paredes.