En las últimas 24 horas, la violencia en Chilpancingo, Guerrero, México, se desató: tres personas fueron asesinadas y dos heridas, seis vehículos del transporte público quedaron calcinados y se paralizó una parte de la capital del estado, además de un poblado atrincherado y 35 militares retenidos.

La violencia comenzó con los asesinatos. La tarde del lunes, en el mercado central, un distribuidor de pollos fue ejecutado en medio de los locales. En un inicio el crimen provocó miedo entre comerciantes y clientes, pero minutos después, aun cuando el cadáver estaba tirado en el piso, reanudaron las actividades.

Después, otro hombre fue asesinado en la colonia Zapata, luego uno más resultó atacado en un centro de reciclaje, en la Cinca, ahí también mataron a una mujer y dos hombres quedaron heridos.

En cuanto cayó la noche, comenzaron los ataques al transporte público. Alrededor de las 23:00 horas, en la colonia Temixco, según el reporte policiaco, fueron quemadas dos camionetas de la ruta Petaquillas-Chilpancingo.

Casi al mismo tiempo fue incendiado un taxi de esa ruta cerca del barrio de San Antonio, en el centro de Chilpancingo. A punto de amanecer, a las cinco de la madrugada, otro taxi de la ruta Petaquillas-Chilpancingo fue incinerado en el mismo barrio. Amaneció y siguieron prendiendo fuego. Alrededor de las 08:00 horas, en el fraccionamiento Virreyes, cerca de la entrada a la comunidad de Petaquillas, delincuentes quemaron un taxi.

Una hora más tarde volvieron a quemar otra cabina de transporte, ahora a metros de la entrada de ese sitio. Tras el incendio de las unidades del transporte público, se suspendió el servicio Petaquillas-Chilpancingo.

Las rutas que van hacia las colonias del sur de la ciudad limitaron el traslado: llegaban hasta el punto conocido como el Parador del Marqués.

La falta del servicio del transporte provocó que decenas de personas tuvieran que caminar todo ese corredor, sobre la carretera federal Acapulco-Chilpancingo, que va de Petaquillas a la ciudad.

Al mismo tiempo, en ese corredor, el Ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal instalaron retenes e intensificaron los rondines con sus efectivos.

Casi al mediodía, cinco patrullas del Ejército, con unos 35 soldados, guardias y policías estatales, fueron retenidas por pobladores de Petaquillas, mientras hacían recorridos.

Los pobladores acusaron a los militares de disparar sus armas y supuestamente haber quemado una casa.

Hasta las siete de la noche, los militares seguían retenidos, junto a funcionarios del gobierno del estado.

Los pobladores condicionaron la liberación de los militares a cambio de que el gobierno del estado permita a un grupo de autodefensas instalar nuevamente un retén de vigilancia en la entrada de Petaquillas.

El asentamiento es una de las principales entradas hacia el municipio de Quechultenango, bastión de la organización criminal Los Ardillos.

Al grupo de autodefensas de Petaquillas lo han acusado de ataques y detenciones arbitrarias en el retén que tenían instalado hasta el año pasado en la entrada del poblado.

A metros de la entrada de la localidad mencionada, unos 500 policías estatales y soldados de la Guardia Nacional y del Ejército, con equipo antimotín, esperaban la orden para ingresar al rescate de los militares.

En el poblado, de manera intermitente desde las cuatro de la tarde, sobrevolaba un helicóptero de la policía estatal. Después de las 21:00 horas de este martes fueron liberados los militares.

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