Representando a México, el notario y coleccionista Arturo Zamora regresó a Italia un compendio de mil 271 archivos sobre Ettore Ferrari, arquitecto y artista italiano del siglo XIX.
Su viaje con propósitos diplomáticos es el resultado de su pasión por las antigüedades y su gusto por el italiano, idioma que ahora estudió de forma autodidacta durante la pandemia.
Los documentos en italiano los compró hace 16 años en un anticuario en Guadalajara y los guardó. Ahora con su estudio del idioma decidió regresar a ellos y ahí fue cuando se percató del valor histórico que tenían. “Resultó que este señor, que nació en 1800, fue arquitecto, escultor, pintor y diputado en el reino de Italia. Fue muy importante y es autor del monumento a la independencia que está en el Estado de México”.
Entre estos documentos, se pueden leer cartas dirigidas a Ferrari donde se le envían recursos para construir el monumento dedicado al poeta Giordano Bruno, ubicado en Roma.
El nombre de Giusseppe Garibaldi también figura en las antiguas páginas de este archivo, así como otros papeles en los que es posible ver una parte de la historia de “evolución democrática del país” y documentos referidos a la independencia de Cuba y sobre la situación del continente americano.
“Estos documentos cuentan una historia muy interesante. Nos enteramos que en 1991, los carabinieri (policía de Italia) se dieron cuenta de una subasta en la que se vendía la correspondencia de Ettore Ferrari en Christie’s. El gobierno compareció, recuperó la correspondencia y se escribió un libro sobre las cartas” y fue con ese libro que Zamora pudo dimensionar el peso que tiene Ferrari en la cultura italiana.
Zamora explica que con el paso de los años, el archivo del arquitecto se dispersó en el mundo y que incluso en el Vaticano alberga más documentos de Ferrari, quien fue “gran maestro grado 33 del oriente de Italia, es decir que dirigió toda la masonería del reino de Italia y en el archivo vienen muchos papeles que tienen que ver con logias masónicas de Europa”.
Ahora, estos archivos fueron regresados a Italia como gesto de reciprocidad porque diversas piezas arqueológicas han sido repatriadas a México, por parte de los italianos. “Tenía el interés de regresarlos a Italia a título gratuito (…). Deben regresar a su lugar de origen porque forman parte de su historia y la identidad. Me motiva también el afecto que le tengo a la cultura italiana”, dice Zamora sobre por qué decidió donar esta colección.
A cambio de los documentos, Italia regresó a México un lote de 30 piezas arqueológicas. La ceremonia que se llevó a cabo en Roma, se dio en el marco del centenario de la Embajada de México en Italia.
jgt