Adiós a los fantasmas, a los malos resultados en Silverstone, por fin Checo Pérez subió al podio en el Gran Premio de Gran Bretaña.
Ese sexto lugar en 2016 (que era su mejor resultado en Inglaterra) ha quedado lejos, pues este domingo Sergio Pérez ha conseguido la hazaña que lo ha colocado en el segundo lugar de una de las carreras más importantes de la Fórmula 1.
Fue sin duda un Gran Premio caótico.
Primero porque Guanyu Zhou sufrió un terrible accidente, del que afortunadamente salió sano y salvo (en los primeros instantes). El chino terminó con su monoplaza de Alfa Romeo entre el muro y la malla tras un contacto entre Pierre Gasly y George Russell.
Esto dejó a tres pilotos fuera (Alex Albon de Williams, Guanyu Zhou y George Russell de Mercedes), y retrasó casi una hora el reinicio de la competencia.
Cuando la carrera se puso en marcha, con las posiciones como quedaron en la Qualy, Pérez logró subir y pelear por los primeros dos lugares, pero un doble contacto con Charles Leclerc (Ferrari) el RB18 del mexicano tuvo daños, acudió a los pits y cayó al último puesto (17).
Poco a poco el mexicano fue escalando, hasta que un Safety Car apareció en la vuelta 39 y esto le abrió las posibilidades al mexicano de pelear por el podio.
Cuando salió el auto de seguridad, la lucha fue intensa entre Checo y Hamilton, pero el mexicano fue el ganador de ese duelo.
Al final, Carlos Sainz logró su primera victoria en la Fórmula 1, Checo Pérez fue segundo y Lewis Hamilton en casa quedó tercero.