La inflación alcanzó un nuevo récord de 40 años en junio, con un aumento de los precios al consumidor del 9,1% en los últimos 12 meses, dijo el miércoles el Departamento de Trabajo. Es el aumento de precios más rápido desde noviembre de 1981, y por encima de lo que esperaban los economistas. Los aumentos fueron generalizados: el alquiler, los vehículos nuevos y usados, los seguros de automóviles y la atención médica aumentaron en junio, según el informe del gobierno.
Según informa Canal 4 CBS, la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, subió un 5,9 % en los últimos 12 meses, frenando su ritmo desde mayo. “Las presiones sobre los precios se han ampliado a prácticamente todas las partidas principales dentro de las categorías de inflación”, dijo Gargi Chaudhuri, jefe de iShares Investment Strategy Americas en BlackRock, en una nota de investigación. “La inflación subyacente sigue siendo alta, pero la drástica diferencia entre el nivel general y el subyacente muestra cuánto el movimiento reciente de los precios ha sido impulsado por la volatilidad de los precios de los alimentos y la energía como resultado de la escasez de suministro”, agregó Chaudhuri.
Las tarifas aéreas y los costos de hotel estuvieron entre las pocas categorías que bajaron de precio en junio. Es probable que la inflación se haya enfriado en julio, ya que el precio de la gasolina ha bajado de un sorprendente promedio de $5 por galón a mediados de junio a un promedio de $4,66 en todo el país a partir del martes.
No obstante, el aumento de los precios ha provocado una fuerte caída en la confianza de los consumidores. El cuarenta por ciento de los adultos estadounidenses dijo que abordar la inflación debería ser una prioridad principal del gobierno este año en una encuesta AP-NORC de junio, frente a solo el 14% en diciembre.
La inflación se ha convertido en la preocupación económica más apremiante para los estadounidenses, así como en un obstáculo político para la Administración Biden. La Reserva Federal ha estado subiendo las tasas de interés al ritmo más rápido en más de dos décadas mientras intenta controlar el aumento de los precios.
