Cienfuegos, Cuba.— El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, defendió ayer el modelo cubano pese a la fuerte crisis que vive el país y aseguró que el socialismo como sistema no puede ser “difamado” mientras Estados Unidos sanciona a los países que intentan implementarlo.
El mandatario encabezó en la central provincia de Cienfuegos, a unos 300 kilómetros de la capital, el acto por el 69 aniversario de la toma de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, considerada una de las principales efemérides del país y el inicio del proceso revolucionario.
Este es el primer mitin presencial para recordar la fecha en dos años, luego de que la pandemia de Covid-19 paralizara a la isla y que en combinación un incremento de sanciones de Estados Unidos ocasionara una fuerte crisis con escasez de alimentos y medicinas, largas colas para obtener cualquier producto y un récord de migración de sus ciudadanos. El acto coincide también con un momento de tensión entre la población, crispada por apagones de horas, la luz suele usarse como elemento de cocción de alimentos en muchos hogares, que hacen la vida difícil en medio del tórrido verano.
El Día de la Rebeldía Nacional recuerda el intento de toma de las dos instalaciones militares, cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, por un grupo de rebeldes encabezados por Fidel y Raúl Castro en 1953, que menos de seis años después alcanzaron el poder y acabaron con el gobierno de Fulgencio Batista (1952-1958). A la conmemoración asistieron unas 10 mil personas, según los organizadores.
Díaz-Canel trazó paralelismos entre el asalto y la situación actual, y culpó a EU y sus sanciones de la grave crisis que afecta al país, caracterizada por la escasez, la inflación y la dolarización parcial de la economía.
“Ineficiencias aparte, el bloqueo [embargo] está en la raíz, tronco, rama y frutos de nuestras dificultades económicas”, aseguró para culminar un acto al que asistió el expresidente Raúl Castro, retirado de la política activa, pero aún con gran ascendente.
Díaz-Canel afirmó que “la lógica imperial” de EU “apuesta a la amnesia y la parálisis social” con la cual, a su juicio, Estados Unidos pretende que en Cuba “claudique el espíritu de resistencia del pueblo”. Comentó que en medio de la “profunda escasez”, el país no ha “renunciado jamás a la aspiración social de beneficiar a todos, ofreciendo múltiples posibilidades de realización humana”. Destacó que realizar los actos por el 26 de julio de manera presencial “es fruto de una proeza: el control de la pandemia bajo las condiciones de una guerra económica”.