La preocupación por el crecimiento de casos de agresiones sexuales por sumisión química usando el nuevo método del “pinchazo” preocupa en España, en especial en la región de Cataluña, donde en las últimas semanas se han disparado el número de denuncias.

De acuerdo con los datos, entre el 1 de enero y el 12 de junio de 2022 se habrían producido solo en Cataluña 288 casos de este tipo, 167 por sumisión química y 121 por vulnerabilidad química, a los que hay que sumar 17 denuncias de los últimos días ante la policía autonómica catalana.

En el conjunto de España, en 2021, hubo un total de 3 mil una solicitudes de investigación al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de España (INTCF) de casos de agresiones sexuales, y se pidió estudio de sumisión o vulnerabilidad química en 994 (33,1 por ciento) casos. El 72.1% de los analizados dieron positivo en alguna sustancia -ya sea alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos- aisladamente o en combinación, en un contexto donde el 92.4% de las víctimas fueron mujeres.

¿En qué consiste el pinchazo?

El método del “pinchazo”, por el que se administra inyectando y no disolviendo la burundanga (droga psicotrópica que se extrae de una planta) u otra sustancia similar en una copa, provoca una pérdida de conciencia de la víctima, con el objetivo de cometer una agresión sexual, pero también un delito patrimonial, recuerda la Policía.

El relato de las víctimas habla de estar en la pista de baile o entre mucha gente y sentir un piquete en el brazo o muslo y luego notar que la extremidad se adormece para luego sentir mareo y malestar general.

Alba Martínez Rebolledo, experta en violencias sexuales, explicó a EFE que la metodología del “pinchazo” lleva ya algún tiempo en lugares como Reino Unido y que en España se empezó a tomar en serio tras los últimos sanfermines, en Pamplona, donde se reportaron varias denuncias.

Martínez Rebolledo advierte que en el 80% de los casos de sumisión química, pinchazo o intoxicación de la bebida, la persona responsable es conocida de la víctima, “lejos del mito del desconocido depredador monstruoso”.

El papel de las discotecas

A pesar de que en Cataluña todas las denuncias han ocurrido en discotecas por ahora, desde la patronal del ocio nocturno Fecarsam señalan que el método del pinchazo y en general la sumisión química se circunscriben más bien al ocio “illegal” como macrofiestas o botellones.

Sin embargo, la propia Fecarsam informó en mayo de que una veintena de discotecas se adherían al protocolo internacional para prevenir agresiones sexuales, denominado ‘Ask for Angela’ (Pregunta por Ángela).

Sobre las sustancias involucradas en el sometimiento de la víctima, aunque este tipo de agresiones se asocia con la burundanga, y otras sustancias como el GHB y el Flunitrazepam, estas solo forman parte del 3% de los casos, y es el alcohol, una sustancia al alcance de todos, la que mayor incidencia tiene.

La respuesta judicial

La letrada penalista especializada en violencias sexuales Laia Serra manifestó a Efe que hay muchas “leyendas urbanas con la burundanga”, y remarcó la gran incidencia del alcohol en este tipo de agresiones.

Serra pide que, en el ámbito judicial, “haya más formación, más investigación, y menos tópicos y menos estereotipos”, ante la mirada de un sistema judicial que o bien considera difícil de demostrar estas agresiones o incluso señala a la víctima: “Si te has ido de fiesta, quien juega con fuego se quema”.

Los casos no sólo se han registrado en España. Este tipo de ataques comenzaron a registrarse en Reino Unido en 2021 y saltaron después a Francia, donde decenas de casos similares crearon un clima de psicosis en los últimos meses.

agv

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