El capo del narcotráfico Rafael Caro Quintero, preso en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, volvió a recurrir a la protección de la justicia.
En esta ocasión, el Narco de Narcos se queja de actos de incomunicación, segregación, aislamiento, cautiverio con tormentos físicos y sicológicos, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que ponen en riesgo su vida por parte de las autoridades del Centro Federal de Readaptación Social donde se encuentra preso desde julio pasado, tras ser detenido con fines de extradición a Estados Unidos.
Por ello, el fundador del Cártel de Guadalajara interpuso un juicio de amparo ante un juez del Estado de México, mismo que le otorgó una suspensión de plano para que cesen los actos consistentes en la incomunicación, segregación, aislamiento, cautiverio con tormentos físicos y sicológicos, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que ponen en riesgo su vida, que considera violatorios a sus derechos humanos.
El juzgador dio un plazo no mayor a 24 horas a las autoridades del Centro Federal de Readaptación Social Número 1 El Altiplano con sede en Almoloya de Juárez, Estado de México, para dar cumplimiento a esta determinación, apercibidas de que si al rendir su informe correspondiente afirmaren una falsedad o negaren la verdad podrían incurrir en delito.
A través de dos juicios de amparo, Caro Quintero busca frenar la extradición a Estados Unidos, país que lo reclama por el homicidio del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena y por delitos contra la salud.
Tras ser detenido por la Marina y la Fiscalía General de la República, Caro Quintero tramitó de inmediato un amparo contra la deportación o expulsión del país, sin que se haya seguido el procedimiento de extradición correspondiente, en el que un juez federal de Jalisco le concedió una suspensión de plano para que no se ejecute el traslado y permanezca en El Altiplano.