Guayaquil, ciudad portuaria y la más poblada de Ecuador con unos 3 millones de habitantes, sufre una epidemia de violencia de bandas criminales.
Los homicidios en su distrito metropolitano se dispararon de 363 en 2020 a 688 el año pasado, y para 2022 se teme un nuevo récord.
El país, de 17.7 millones de habitantes, registró en 2021 una tasa de 14 asesinatos por cada 100 mil personas, casi el doble que el año anterior.
Y la madrugada del domingo ocurrió un hecho con escasos precedentes en su historia: un ataque con explosivos de gran magnitud.
La detonación de lo que la policía definió como un artefacto de fabricación casera mató a cinco personas e hirió a 17, dos de ellas en estado crítico.
Una de las líneas de investigación indica que el ataque estaba dirigido a dos hombres con los alias Cucaracha y Junior, miembros de la banda delictiva los Tiguerones.
Pero mientras investigan el suceso, las autoridades han señalado la posible autoría de los propios Tiguerones, que habrían querido vengar una traición o una delación de estos dos integrantes.
¿Qué sabemos de esta banda y cómo es la violencia organizada en Ecuador?
Cómo surgieron
Los Tiguerones surgieron a finales de la pasada década en Esmeraldas, otra ciudad portuaria en el norte del país a unos 400 km de Guayaquil.
Sus primeras actividades delictivas se registraron en 2019, cuando eran una ramificación local de la mayor banda criminal de Ecuador, llamada los Choneros.
Pero el asesinato a finales de 2020 del líder de los Choneros, Jorge Luis Zambrano (alias Rasquiña), abrió oportunidades a facciones y pequeños grupos criminales, que comenzaron a operar por su cuenta y crecer en un entorno cada vez más favorable.
“Con el aumento del narcotráfico en la última década el negocio fue mucho más rentable y se formaron varias bandas nuevas”, explica a BBC Mundo el periodista ecuatoriano Arturo Torres, director del portal de investigación Código Vidrio.
De este modo, los Tiguerones se consolidaron y encontraron a su primer gran enemigo, los Lobos, con quienes protagonizaron sangrientos conflictos que han dejado más de 270 asesinatos en varias cárceles.
Las prisiones son su principal escenario de disputas contra otras bandas y también su centro de operaciones.
Quién es su líder
Las autoridades señalan como líder de los Tiguerones a Álex Salazar Villamar.
Salazar fue liberado en noviembre de 2021 tras cumplir el 60% de una condena de 32 meses de prisión por el delito de receptación (la policía lo había sorprendido en 2017 transportando piezas de automóvil robadas).
Su liberación puso en alerta a las autoridades ecuatorianas, que temían que reforzase a la banda.
“Debe tenerse en cuenta la peligrosidad de poner de nuevo en la calle a una persona que tiene semejante nivel de reacción”, declaró entonces la ministra de Gobierno, Alexandra Vela.
Salazar fue excarcelado después de que los servicios sociales de prisiones destacaran en un informe su buena conducta y disposición a reinsertarse en la sociedad.
El presunto líder de la banda podría haber ordenado personalmente el atentado del domingo, según indicaron fuentes de la policía a medios locales ecuatorianos.
Cómo operan
En Ecuador hay alrededor de una veintena de bandas criminales con decenas de miles de integrantes.
Los Tiguerones son hoy la cuarta o quinta más importante por detrás de otras como los Choneros o los Lobos, según Arturo Torres.
Entre sus variadas actividades delictivas destaca el narcotráfico, en colaboración con el cartel mexicano Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Reciben su pago por dar protección al cartel Jalisco Nueva Generación. Normalmente les pagan con cocaína, aunque también con efectivo, y ellos venden microdosis en Ecuador, donde el consumo de droga ha aumentado”.
Su alianza con los mexicanos consiste, según el investigador, en recibir cocaínaprocedente de Colombia, almacenarla y entregarla en puertos o aeródromos para su transporte a Centroamérica o Estados Unidos.
Esta y otras bandas también ofrecen servicios al cartel de los Balcanes, el mayor distribuidor de cocaína de Europa, desde narcotráfico hasta “seguridad, ajuste de cuentas, amenazas o extorsiones”, afirma Torres.
Otra importante fuente de ingresos de los Tiguerones es lo que los locales llaman “vacuna”, aunque no tiene nada que ver con la covid, sino de extorsión a empresarios y comerciantes.
“Van a locales comerciales como restaurantes, almacenes u otros comercios y les piden que paguen una ‘vacuna’, una tarifa de 100 a 500 dólares mensuales, por darles seguridad”, explica el periodista.
Y asegura que el problema comienza a afectar a particulares: “ya no solo extorsionan a gente con locales comerciales, sino a personas que tienen su vivienda en una urbanización”.
Los Tiguerones también son conocidos por sus asesinatos por encargo.
El pasado abril la banda copó las portadas de los medios ecuatorianos por la detención del futbolista Gabriel Cortez, del Barcelona de Guayaquil, entre otros presuntos miembros.
La fiscalía lo acusa de haber dado órdenes y recibido información de crímenes cometidos por sicarios.
Cortez se encuentra actualmente en libertad condicional a la espera de juicio.
Por qué pelean con otras bandas
En pleno auge del negocio, las bandas ecuatorianas luchan por el territorio donde operan, tanto en la calle como en las cárceles.
Los Tiguerones crecieron muy rápido y se les quedó pequeña su ciudad natal, Esmeraldas, por lo que han ido conquistando territorios en ciudades como Guayaquil o Quito, según informes de las autoridades.
“Están recibiendo muchos recursos tanto del cartel, en droga o efectivo, como lo que obtienen vendiendo la cocaína, y por eso se disputan los territorios, y ahí vienen las disputas con otras bandas”, explica Torres.
Asegura que la intensificada violencia en las calles de Guayaquil y otras ciudades es producto directo de “la disputa entre las bandas de uno y otro cartel”.
“Los jefes quieren mantener un perfil bajo, pero las bandas dentro y fuera de las cárceles mantienen esta disputa territorial”.
El experto estima que las bandas criminales ecuatorianas mueven unos 100 millones de dólares solo dentro de las cárceles.
Y la cárcel de Esmeraldas, según las autoridades, está controlada por los Tiguerones.
Qué armas tienen
Se desconoce el arsenal con el que cuentan los Tiguerones, aunque el investigador destaca que las bandas “tienen mucho poder armado”.
“Las armas llegan desde Perú. Tienen rifles, municiones, explosivos…”.
Aunque el ataque del domingo fue perpetrado con explosivos de fabricación casera, según la policía, esto no significa que carezcan de medios.
“No olvidemos que el año pasado hubo ataques con drones a la penitenciaría de Guayaquil. Ellos están en capacidad de usar mucha tecnología, con armas de microcalibre, nuevas… Los recursos que tienen para comprar no solo armamento y municiones, sino también equipos tecnológicos, es impresionante”.