Uno de los experimentos más interesantes de la misión Mars 2020, que arribo al planeta rojo el 18 de febrero de 2021, es el MOXIE (Mars Oxygen In Situ Resource Utilization Experiment, en español Experimento ISRU —Utilización de Recursos In Situ— de Oxígeno en Marte).
“Este experimento se sirve de un aparato diseñado y creado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts para tomar dióxido de carbono de la atmósfera de Marte y convertirlo en oxígeno. Se debe considerar que el dióxido de carbono es el gas más abundante en la atmósfera marciana”, explica Antígona Segura, investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
El objetivo es que los astronautas que en el futuro viajen a Marte no necesiten llevar tanques de oxígeno desde la Tierra, sino que puedan abastecerse allá mismo de este gas indispensable para la sobrevivencia de todos los seres vivos. No olvidemos que cada gramo de cualquier cosa que se saca al espacio exterior requiere mucho combustible y, por lo tanto, grandes cantidades de dinero.
“Entre menos cosas llevemos en un viaje espacial, mejor. Así, en vez de llevar tres tanques de oxígeno para que los usen durante el viaje de ida, durante su misión en Marte y durante el viaje de regreso, los astronautas sólo llevarían uno para la ida y otro para el regreso, pues en el planeta rojo habría oxígeno disponible para que respiren. La idea es que, si el viaje a Marte dura varios meses, los astronautas puedan estar allá también varios meses, o sea, que no nada más lleguen y se regresen casi de inmediato, sino que tengan la oportunidad de permanecer allá un tiempo largo, para que el viaje valga la pena”, comenta la investigadora universitaria.
Hasta la fecha, el experimento MOXIE ha producido 100 horas de oxígeno, es decir, la cantidad suficiente para que un astronauta respire durante 100 horas en el planeta rojo.
“Si pensamos en una misión a Marte, esta cantidad de oxígeno es muy poca, obviamente. Lo que se está haciendo en la actualidad es probar el concepto con miras a escalarlo para que genere oxígeno a gran escala. El equipo nuevo tendrá que desarrollarse aquí, en la Tierra, y transportarse a suelo marciano, pero todavía se ignora cuándo ocurrirá esto”, agrega Segura.
Técnica relativamente sencilla
En nuestro planeta, el oxígeno comprende 21% de la atmósfera terrestre y su fuente es biológica porque lo producen algunos grupos de organismos fotosintéticos, en particular las cianobacterias y las plantas; en cambio, en el planeta rojo, únicamente integra 0.16% de la atmósfera marciana y su fuente es fotoquímica: la radiación ultravioleta del Sol divide el dióxido de carbono y lo convierte en monóxido de carbono, a partir del cual se forma junto con el ozono.
“En cuanto al aparato del experimento MOXIE, lo que hace básicamente es que vuelve mucho más eficiente este proceso fotoquímico. Había la duda de si podría funcionar con la presión tan baja y los cambios de temperatura tan drásticos que hay en Marte, pero los científicos que lo diseñaron y crearon demostraron que sí, tan bien que será posible escalarlo. De esta manera, el equipo nuevo podrá producir, en el propio planeta rojo, suficiente oxígeno para que un grupo humano permanezca ahí, en buenas condiciones, durante un cierto tiempo.”
En opinión de la investigadora, la técnica empleada en este aparato es relativamente sencilla, porque se sabía de antemano que del dióxido de carbono se puede sacar oxígeno.
“La parte que no resulta trivial y que, en efecto, representa un logro notable es que ya se probó el concepto in situ y ya se estableció que sí se puede escalar. Ésta es la primera vez que se lleva a cabo un experimento como el MOXIE, que promete mucho. Por ejemplo, la recolección de muestras en Marte, que hasta hoy la han hecho vehículos robóticos, podrían hacerla los astronautas que viajaran hasta allá, entre otras tareas. La misión Mars 2020 es más bien pequeña, pero con equipos que nunca se habían utilizado, y eso la hace definitivamente especial”, concluye Segura.