Con una carrera de alrededor de 35 años, el actor británico Christian Bale asegura que sigue encontrando fascinante su profesión.
Su capacidad para transformar su cuerpo —subiendo y bajando de peso— y convertirse en diferentes personajes le ha traído cuatro nominaciones al Oscar con “Escándalo americano”, “La gran apuesta”, “El vicepresidente” y “El peleador” (este último por el que ganó la estatuilla). También tiene personajes icónicos como el de “El imperio del sol” (cuando tenía 12 años) o “Batman”, en la trilogía de Chistopher Nolan.
Sin embargo, el quehacer al que se dedica no es algo en lo que se detenga a reflexionar: “Actúo y dejo que otros expliquen lo que significa la actuación. Encuentro fascinante mi profesión pero no me gusta analizarla mucho”, dice.
El actor de 48 años explica que hace películas con un propósito, por ejemplo si es un tema relevante en su vida, pero piensa que el público decide el significado que le dará.
“Siempre siento que quien quiera que lo esté viendo es dueño de la película y hace las conexiones que quiere hacer, pero no son difíciles de encontrar si quiere buscarlas”.
Un filme de amigos
Bale presenta su nuevo largometraje “Ámsterdam”, en el que vuelve a ser dirigido por David O. Russell (El peleador) y que considera como una trama de amistad y lealtad.
“Lo que amamos es hacer una historia sobre alguien que ha pasado por tiempos increíblemente difíciles que hubieran quebrado a la mayoría de la gente pero que en realidad ha salido del problema”, explica.
Relata que les tomó entre cinco y seis años verla terminada, tiempo en que director y actor se mantuvieron en contacto preparando al personaje hasta llegar a la filmación.
Aunque la pandemia del Covid-19 los hizo parar, explica que cuando retomaron fue con estrictos filtros sanitarios.
“Tuvimos un tiempo maravilloso y creo que precisamente porque estábamos tan conscientes de la muerte rodeándonos (por la pandemia) que le dio una rudeza real a muchas de las actuaciones y nos hizo pasar un buen tiempo de una forma cuidadosa pero también hacer algo que fue increíblemente satisfactorio y significativo porque, de otra forma, ¿por qué arriesgar algo en ese momento, por qué trabajar?”
En la cinta de 20th Century Studios, que estrena este 6 de octubre en salas de cine, Bale interpreta al doctor Burt Berendsen, quien junto a su amigo, el abogado Harold Woodman (John David Washington), ayuda a curar enfermos que no tienen recursos o son heridos de guerra como él, en los 30.
Sin embargo se ven involucrados en un misterioso asesinato que buscarán resolver junto a su mejor amiga Valerie (Margot Robbie) en una historia que mezcla hechos históricos, como la Primera Guerra Mundial, con ficción, y que cuenta con un elenco de actores como Robert De Niro y Anya Taylor-Joy.
Mirada nacional
Además de volver a trabajar con David, en este filme Christian se reencontró con el tres veces ganador del Oscar Emmanuel Lubezki, quien es director de fotografía de “Ámsterdam”. “El mundo ama su trabajo, es absolutamente uno de los mejores”, dice del mexicano.
Bale también comparte entre risas que dentro del set le llamaban “Chivo” y no Emmanuel, el apodo con el que ha sido conocido en la industria.
“Él es increíble, trabajamos juntos un par de veces en la cinta de Terrence Malick en la que él colaboró. (En Ámsterdam) era un maravilloso triángulo en el set, entre el ‘Chivo’, David y yo mismo, antes de filmar, resolviendo todo y durante la filmación”, relata.
“El ’Chivo’ no es distante. De la misma forma que el director David O. Russell está debajo de mi silla mientras filma una escena, sobre el piso, y le gusta poder alcanzarte y tocar a los actores y hablarnos durante las tomas, el ‘Chivo’ también. Él está ahí, usualmente cargando la cámara, está tan involucrado y simplemente amó la historia”.
Al respecto, el actor recuerda a Lubezki (cuyo tercer Oscar fue por su trabajo en “El renacido”, de 2015) luciendo absolutamente alegre y en deleite al final de una escena.
“(Lo recuerdo) levantándose detrás de la cámara, decir ‘¡cabrón!’ y animar así. Tiene una personalidad maravillosamente contagiosa y fue absolutamente esencial”.