Los ferrocarriles británicos estaban prácticamente parados el sábado después de que los principales sindicatos ferroviarios convocaran una nueva jornada de movilización colectiva, la huelga más importante del año, para pedir un aumento de los salarios frente a una inflación récord.
Es la primera vez este año que cuatro sindicatos de transportes –RMT, Unite, Aslef, TSSA– se coordinan para una jornada de acción común.
Solo 11% de los trenes circulará en el país, con muchas regiones sin servicio.
El secretario general de RMT, Mick Lynch, pidió disculpas a los usuarios en la BBC por los trastornos esperados y justificó la huelga.
“El gobierno provocó este conflicto proponiendo reducir nuestros puestos de trabajo, las pensiones y los salarios frente a la inflación”, destacó.
Los hogares británicos se enfrentan a una inflación de casi 10% y están preocupados por si podrán calentarse o pagar su hipoteca este invierno.
A pesar del anuncio de una congelación del límite máximo de los precios de la energía, se han duplicado en un año y el gobierno, en funciones desde hace menos de un mes, es más impopular que nunca.
La huelga podría interrumpir la llegada a Londres de los aficionados del Arsenal y Tottenham el día del derbi entre los dos clubes de fútbol del norte de Londres.
También interviene en la víspera del lanzamiento en Birmingham del congreso anual del Partido Conservador y el domingo tiene lugar el maratón de Londres, que atrae a decenas de miles de personas a la capital británica.
Trabajadores ferroviarios, así como estibadores, carteros, abogados penalistas o basureros, multiplican desde junio los movimientos de huelga para pedir aumentos salariales frente a la crisis del coste de la vida.
Varios sindicatos, entre ellos representantes ferroviarios, habían anunciado una tregua en su movilización luego de la muerte de la reina Isabel II, pero las acciones se reanudaron desde entonces.
La semana que viene tendrán lugar más huelgas en los trenes y el metro de Londres.
mcc