La primera ministra británica Liz Truss anunció su renuncia al cargo menos de dos meses después de asumirlo.
La renuncia se produce luego de enormes presiones por parte de su propio partido y tras el retiro de dos de sus más cercanos colaboradores.
En un breve pronunciamiento frente al número10 de Downing Street, la sede del gobierno británico, Truss dijo que le había anunciado al rey Carlos III su renuncia a la jefatura del Partido Conservador y, por lo tanto, a su cargo como primera ministra.
Agregó que continuaría en el puesto hasta que se elija un nuevo líder del partido, lo cual puede ocurrir en los próximos días.
Sin embargo, tanto el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, como los líderes de los demócratas liberales y del Partido Nacional Escocés (SNP) han pedido que se convoquen elecciones generales de inmediato.
Esto convierte a Truss en la mandataria con menos tiempo en el poder en la historia británica. El segundo período más corto fue el de George Canning, quien murió en 1827 tras 119 días en el cargo.
La crisis política del gobiendo de Truss empezó el 25 de septiembre, cuando el flamante ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, anunció un recorte de impuesto de 45.000 millones de libras, lo que hizo que la libra cayera a niveles históricos y recibiera críticas hasta del Fondo Monitario Internacional por tratar de reducir los impuestos en un momento de crisis económica.
El 3 de octubre Kwarteng debió echar marcha atrás y el 14 de octubre fue despedido de su cargo por Liz Truss.
Sin embargo, la crisis no cesó y este miércoles se produjo la renuncia de la ministra del Interior, Suella Braverman, aparentemente por un fallo de seguridad, pero en su carta de renuncia criticó duramente a la primera ministra. Luego se produjo una caótica votación en torno al fracking, que dividió aún más al partido.
Todo culminó este jueves con la renuncia de Truss.
Chris Mason, editor político de la BBC dijo que el mayor reto de quien sea elegido como Primer Ministro será unificar al partido Conservador.