Madrid.- El escenario económico global impactado por la guerra entre Rusia y Ucrania, la inflación y altas tasas de interés tiene a Europa en la búsqueda de alternativas de crecimiento entre sector privado y gobiernos, mientras América Latina se perfila al punto más alto en la política monetaria de sus bancos centrales, que llevará en 2023 a enfrentar una desaceleración mundial.
“Como en 2008, estamos en crisis. Una crisis con el telón de fondo de los gobiernos que luchan por pagar sus deudas. Esta es una crisis diferente, con retos distintos y diferentes y complicadas elecciones que hay que hacer. Se trata de una crisis que se aleja del dinero barato y la baja inflación, para pasar a tasas más altas e inflación más alta. Necesitamos enfrentarnos a la realidad”, dijo la presidenta global de Santander, Ana Botín.
En la Conferencia Internacional de Banca “Crecimiento en un mundo fragmentado” organizada por la firma financiera española, la asesora económica senior de la iniciativa de política de desarrollo económico de África, Oby Katryn Ezekwesili, pidió voltear a este continente más allá del problema migratorio que representa para Europa y considerarla entre las alternativas rumbo a la recuperación, mientras que el sector financiero reiteró que es parte de la solución y que los gobiernos deben dar las condiciones para aumentar las inversiones.
Por su parte, el comisario de presupuesto y administración de la Comisión Europea, Johannes Hahn, resaltó los recursos que se han destinado por parte de los países de la región para enfrentar la crisis ocasionada por la guerra, equivalentes a 5% del Producto Interno Bruto de la Unión Europea y destacó que si algo han aprendido de las crisis actuales es la importancia de la unidad.
En medio de la presión generada por las altas tasas de interés que tendrán su peor efecto en todo el mundo a partir de 2023, el gobernador del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, explicó el caso del país sudamericano al ser el primero en aumentar los intereses y actualmente ha comenzado a revertir el proceso.
“La inflación de los alimentos llegó antes en Brasil y se tenía un problema climático al mismo tiempo”, explicó.
Sin embargo, advirtió que aún se tiene que pagar la factura de la actual crisis de inflación, donde las repercusiones se tendrán en la población de bajos recursos.
América Latina enfrenta con fundamentos el alza de tasas
Con excepción de Brasil, las principales economías de América Latina están llegando al punto más alto en el camino alcista de sus tasas de interés. En promedio, la región comenzó 9 meses antes el incremento de intereses como medida para paliar la inflación, con lo que ahora se enfila al momento de “enfriamiento” de sus economías.
“La inflación debería comenzar a dar signos claros de desaceleración en la segunda mitad de 2023 en la mayoría de las geografías. Latinoamérica parte con buenos fundamentales y bancos centrales que han ganado reputación, en un entorno que será más desafiante para la región”, dijo el economista en jefe de Santander, Juan Cerruti.
En el caso de México, el escenario base es que el crecimiento se reduciría en 2023, en línea con la desaceleración global, mientras que la inflación se reduciría lentamente y las tasas de interés permanecerían elevadas.
En ese sentido, los riesgos que prevalecen son que la desaceleración de la economía de Estados Unidos podría ser más aguda de lo esperado actualmente, mientras que la inflación podría resultar más persistente de lo esperado, conduciendo a aumentos de las tasas de interés mayores a lo anticipado.
En tanto, los episodios de volatilidad financiera global podrían aumentar en frecuencia e intensidad, en un entorno institucional doméstico podría deteriorarse, afectando la inversión. Sin embargo, prevalece la oportunidad de captar inversiones a partir del fenómeno de relocalización de empresas, que ya ocurre en el norte del país.
“Si visitas el norte de México, Ciudad Juárez, Tijuana, prácticamente esas localidades se están viendo favorecidas por esta movilidad de las cadenas de producción. Lo que los clientes nos dicen es que no hay bodegas o plantas disponibles, incluso hay interés para acelerar el financiamiento de parques industriales y aprovechar esta oportunidad”, dijo el economista en jefe para México de Santander, Rodrigo Brand.
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