El cáncer de mama, en México, se ha convertido en uno de los grandes retos por combatir en términos de salud pública, ya que ocupa el primer lugar de entre los tumores malignos, y el cuarto con respecto a las tasas de mortalidad. A estas problemáticas se suma, además, que cada vez se presenta a más temprana edad, impactado en la salud de mujeres de entre 20 a 25 años, en las que el diagnóstico puede ser aún más severo que lo que ocurre con pacientes maduras.
Gilberto Nicolás Solorza Luna, médico clínico en el Instituto Nacional de Cancerología, destacó que la mortalidad tan alta de este padecimiento se debe, en mayor medida, por la búsqueda tardía de asistencia médica, sobre todo al tratarse de las instancias de salud pública, ya que en el caso de las mujeres que cuentan con mayores recursos económicos, se ha identificado que acuden con mayor frecuencia a centros privados y cuentan con la cultura de “chequeo médico”.
“Al Instituto Nacional de Cancerología casi siempre quienes llegan en etapas tardías vienen de provincia y zonas lejanas. En la Ciudad de México ya hay más educación y se asiste más pronto a consulta hospitalaria”, consideró el especialista.
En el marco del Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el próximo 19 de octubre, el cirujano oncólogo -mediante un comunicado de DGCS-UNAM”- indicó que lo que más preocupa es que el cáncer de mama comienza a presentarse en mujeres de menor edad. Otrora, se creía que era una enfermedad que aquejaba a mujeres mayores de 40 años, por eso esa es la edad recomendable para comenzar a realizarse una mastografía anualmente.
El también académico de la Facultad de Medicina (FM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que la presencia de neoplasias -que es una clase de masa anormal que crece descontroladamente en el tejido mamario- se manifiesta con más asiduidad en aquellas mujeres que no han tenido hijos, y que por consiguiente no han lactado y que, además, tienen predisposición hereditaria.
“La lactancia madura el tejido de la glándula mamaria, y eso da estabilidad a los tejidos para que no tengan cambios hacia una neoplasia, mientras que los tejidos inmaduros están más frecuentemente afectados hacia la neoplasia”, explicó el experto de la máxima casa de estudios.
Como consecuencia -señaló Solorza Luna- alertó que, actualmente, se observa esta clase de tumor, durante la consulta, en mujeres sin descendencia, de entre 20 a 25 años.
Pese a lo que podríamos pensar, el catedrático exclamó que para este grupo etario, el pronóstico es más grave que lo que sucede con mujeres en la etapa adulta, de 50 o 60 años en adelante. Esto debido a que el tejido mamario está creciendo más rápidamente, por lo que puede modificarse y tener mutaciones que afecten la salud de la paciente.
Para dimensionar este fenómeno, el estudioso recurrió a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que demuestran que entre las mujeres que pierden por este motivo, 1% son jóvenes de 15 a 29 años de edad, 13% de 30 a 44 años y más de la tercera parte (38%), está entre los 45 a 59 años; la mayoría muere después de los 59 años (48%).
Para evitar el alza de casos, que de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial y cada año se detectan 1.38 millones de casos nuevos por carcinoma y, en promedio, 480 mil decesos anuales, el médico recomendó a jóvenes realizarse un ultrasonido, que indique si se requiere una mastografía, e identificar lesiones en etapas tempranas.
“Si el nódulo se encuentra focalizado a la mama, tenemos un 90% a 95% de posibilidades de controlar el cáncer de mama, pues en esta enfermedad no hablamos de curación sino de control”, expresó Gilberto Solorza, quien consideró -además- que las revisiones médicas tendrás que realizarse durante toda la vida, pues el carcinoma puede resurgir.
“Mientras más temprano se detecte esa recurrencia, será más fácil controlarlo”, pormenorizó.
La detección oportuna -profundizó el docente de la UNAM- es importante, principalmente, para evitar la invasión de otros tejidos distantes al mamario. Esta propagación también es conocida bajo el nombre metástasis: “afecta órganos vitales como pulmón, hígado o cerebro y es lo más riesgoso de la enfermedad. El tumor primario generalmente es controlable, y lo que ocasiona la muerte de las personas es la metástasis en un órgano vital”, puntualizó.
De diagnosticarse a tiempo, Solorza Luna dijo que el carcinoma puede extirparse de forma completa, y al no quedar rastro de él en la glándula mamaria, se da paso a la radioterapia para un tratamiento de adyuvancia.