Lanzamiento felino, tal como aquella noche en Brasil, como aquella noche en Rusia. Memo Ochoa lo volvió a hacer, se puso en modo mundialista y salvó a México, como lo ha hecho en múltiples ocasiones.

Ochoa venció al mejor delantero del momento, Robert Lewandowski, al detenerle un penalti y aunque el empate a cero goles contra Polonia no deja bien parado el futuro del equipo nacional en la Copa del Mundo, peor hubiera sido haber perdido, pero eso no sucedió gracias a Memo Ochoa.

El Tricolor mantiene su racha de juegos seguidos en su presentación en Copas del Mundo sin conocer la derrota, desde Francia 98. El empate lo pone en segundo lugar de grupo empatado con los polacos, y ahora enfrentará a la herida Argentina.

Tal como se esperaba, como se presagió durante muchos meses, la iniciativa la tomó la Selección Mexicana. El equipo de Gerardo Martino se posicionó en el campo, ante la complacencia de Polonia, provista de un estilo y un sistema del cual no iba a salirse: Robar la pelota e ir al contragolpe.

México jugó a lo que sabe, mover el balón, no importando cuántos toques se den, y buscar la profundidad con sus mejores hombres: Alexis Vega e Hirving Lozano.

Y de sus pies salieron las jugadas de peligro que hicieron intervenir al portero Szczesny en un par de ocasiones, como cuando el Chucky hizo un centro al cual no llegó Vega a cerrar; o cuando Jorge Sánchez tiró a primer poste para que el enorme guardameta metiera las manos con apuro.

Los problemas que tuvo México se los buscó él mismo con pérdidas de balón, sobre todo por el lado de Jorge Sánchez, revolucionado y atrabancado que se ganó una amarilla. Los centros al área fueron bien controlados y Lewandowski, bien aislado.

Al final de la primera parte fue cuando México tuvo más el balón, aunque siempre con el riesgo de descuidar las espaldas. La realidad es que Memo Ochoa no tuvo mucho trabajo.

Luis Chávez se comenzó a juntar con Lozano y Vega, para que la sensación de peligro creciera, aunque sin llegar a volverse una verdadera apuración para el portero polaco.
 
México había jugado perfecto, hasta que vino el error de siempre. Una confusión que puso a Moreno a competir con Lewandowski en el área, el veterano tomó de la camiseta al atacante, y después de ser revisado por el VAR, se marcó el penalti.

Lewandowski estaba a punto de terminar su sequía en Copas del Mundo, pero Memo Ochoa estaba en modo mundialista y atajó el disparo lanzándose a la izquierda por abajo.

El juego volvió a control de México, pero el ímpetu no daba el gol, así que Martino envió a la cancha a Carlos Rodríguez y Raúl Jiménez como revulsivos, lo que dio esperanza, pero al final no marcó diferencia.

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