Tras el ataque contra un club LGBT en Colorado, que dejó cinco personas muertas y más de 25 heridas, la policía contactó al padre del tirador, identificado como Anderson Lee Aldrich, de 22 años, para informarle que su hijo estaba detenido por este hecho.
Aaron Brink, de 48 años, explicó a CBS 8 su sentir. “Me empezaron a decir del incidente, un tiroteo… Y entonces averiguo que se trata de un bar gay. Me asusté. ‘¡Oh, por Dios! ¿Mi hijo es gay? Maldición, ¿es gay?’ Y no es gay, así que dije, ¡fiu!!”.
The Colorado shooter’s dad on finding out his son murdered people: “They started telling me about the incident, a shooting... And then I go on to find out it’s a gay bar. I got scared, ‘Shit, is he gay?’ And he’s not gay, so I said, phew… I am a conservative Republican.” (@CBS8) pic.twitter.com/7Zw4vpLtjE
— No Lie with Brian Tyler Cohen (@NoLieWithBTC) November 23, 2022
Al ver el silencio que se generó con su respuesta, explicó que es un republicano conservador. También dijo que es mormón. “Sabes que los mormones no son gay. No nos gustan los gays. No hay gays en la iglesia mormona. No nos gustan los gays”, repitió Brink.
Reflexionando sobre lo que había hecho su hijo, Brink, exactor de películas pornográficas, señaló: “No hay excusa para ir y matar gente. Si estás matando personas, hay algo mal. Esa no es la respuesta”.
Brink fue luchador de la UFC, trabaja actualmente como entrenador de artes marciales y, según lo que comentó, él le enseñó a su hijo a pelear. “Lo elogié por su conducta violenta desde muy temprano. Le dije que funciona. Es instantánea y obtienes resultados inmediatos”, indicó. Pero a la luz de la masacre que perpetró Anderson en el Club Q, se disculpó con las familias de las víctimas.
“Lo siento por su pérdida. La vida es tan frágil y es valiosa. Las vidas de esas personas eran valiosas. Probablemente se trataba de buenas personas. No se trata de ir y matar a alguien. Lamento haber defraudado a mi hijo”.
Brink detalló que hasta hace poco, él pensaba que Anderson estaba muerto. Su exesposa, narró, le llamó en 2016 para decirle que su hijo, Nicholas Brink, se había cambiado el nombre a Anderson Aldrich y se había suicidado.
“Pensé que estaba muerto. Lloré su pérdida. Me vine abajo y pensé que había perdido a mi hijo”.
Cuando Brink le preguntó a su exmujer por qué su hijo había cambiado de nombre, ella le dijo que porque se avergonzaba de la carrera de él en la industria del cine para adultos.
Hace seis meses, Anderson le llamó, para discutir. “Está enojado. Está enojado conmigo. Quiere atizar al viejo”, aseguró.
Una jueza federal ordenó este miércoles prisión sin fianza para Anderson. Apareció en un estado aparentemente aletargado, sentado en un banco con la cabeza inclinada hacia la derecha y respondió a las preguntas de la jueza de una forma casi inaudible.
Aparte de denegar la fianza, la juez pidió a los fiscales que compartieran con los abogados de la defensa los datos de la orden de arresto contra Aldrich, sobre la que todavía pesa el secreto de sumario.
Se espera que los cargos contra el detenido se presenten formalmente en la siguiente vista, fijada para el 6 de diciembre.
El fiscal federal Michael Allen señaló tras la sesión de este miércoles que está previsto que el acusado comparezca en persona ante la corte en la próxima sesión.
Los cargos preliminares contra Aldrich incluyen cinco por asesinato en primer grado y cinco por crimen de odio, indicaron medios de comunicación estadounidenses.
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