Dan Price se volvió famoso en 2015 cuando realizó un anuncio por el que muchos lo tacharon de loco: sus empleados en Gravity Payments ganarían un salario base de 70 mil dólares (un millón 358 pesos mexicanos, al tipo de cambio actual).

“Loco entre locos”, “socialista”, “bastante estúpido”, fueron algunos de los adjetivos utilizados por los expertos para describir a Price. “Espero que esta empresa sea un caso de estudio de los Máster en Administración de Empresas sobre cómo el socialismo no funciona, porque va a fracasar”, dijo alguno.

Sin embargo, hasta abril de 2021, todo parecía miel sobre hojuelas para Price, convertido en una verdadera celebridad. Anunció que los ingresos de su empresa, con sede en Seattle, y dedicada al procesamiento de tarjetas de crédito, se habían triplicado.

“Hoy hace 6 años, aumenté el salario mínimo de mi empresa a 70 dólares. Fox News me llamó socialista y dijo que mis empleados acabarían en la cola para recibir ayuda social. Desde entonces, nuestros ingresos se han triplicado, somos un caso de estudio de la Escuela de Negocios de Harvard y nuestros empleados han experimentado un auge 10 veces mayor en la compra de viviendas”, tuiteó el 13 de abril. La clave, aseguró, era “siempre invertir en la gente”.

Pero la suerte parece habérsele acabado a este empresario, que en su momento se vanaglorió de haber evitado despidos durante la pandemia, gracias a que sus empleados se ofrecieron a que se les aplicara un recorte salarial de hasta 50% a su nómina mensual.

En agosto pasado, Price anunció que dejaba Gravity Payments. “Mi prioridad número 1 es que nuestros empleados trabajen para la mejor empresa del mundo, pero mi presencia se ha convertido en una distracción”, tuiteó Price, quien fundó la empresa hace 18 años. Fue reemplazado como CEO por la ejecutiva Tammi Kroll.
 
En febrero, se le acusó de conducir de manera imprudente y agresión menor. Además, medios locales reportaron que una mujer de 26 años dijo que Price había tratado de besarla en su Tesla después de cenar con él y le agarró la garganta. Él se declaró inocente en mayo.

Luego saldría a la luz un video de 2015 en el que su exesposa Kristie Colón insinuó haber sido víctima de violencia doméstica. De acuerdo con un informe del medio Bloomberg, en una charla dada por ella, describió haber sido golpeada por su ex, quien habría intentado ahogarla, aunque nunca lo identificó por su nombre. Price dijo a Bloomberg que esos hechos “nunca ocurrieron”.

Lucas, hermano de Price y cofundador de Gravity Payments, lo demandó en 2015 por “violar” sus derechos de accionista. Lucas aseguró que su hermano se estaba pagando de más, pero un juez del condado de King dictaminó que Dan no había vulnerado los derechos de Lucas como accionista minoritario.

No son los únicos problemas a los que se enfrenta el empresario. En entrevistas con The Seattle Times, más de dos docenas de antiguos empleados de Gravity afirmaron que Price se obsesionó con su imagen pública de personaje compasivo, pero que esa imagen no coincidía con la persona real. Price, aseguraron, cultivó una sensación de miedo y construyó una empresa que, según describió un antiguo empleado, “sólo estaba ahí para hacer famoso a Dan”.

Unos 40 empleados respondieron al diario. Coincidieron en que Gravity ofrecía a los trabajadores aumentos de sueldo y oportunidades de participar en el boom tecnológico de Seattle, pero a costa de días estresantes, noches en vela y recuerdos imborrables de trabajar para un hombre al que seis antiguos empleados describían como un jefe “manipulador”.

“Ves al Dan de las noticias, siendo muy encantador y pulido y luego escuchas estas historias entre bastidores”, dijo Caitlin Palfenier, exreclutadora de Gravity. “Quiere que lo adores o, si no lo adoras, quiere que tengas el miedo suficiente para no hacer nada al respecto”.

rmlgv

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