Para el doctor Alejandro Nencla está claro que hablar de nuestra salud mental es un motivo de orgullo y no de vergüenza, como había estado sucediendo décadas atrás, por ello, en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, el especialista hace un llamado a la población a atender sus emociones y no minimizar los estados de ánimo que se atraviesan con los conflictos que tienen lugar en la vida cotidiana.
Este 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, una enfermedad que -de acuerdo con las estimaciones- afecta a 15 de cada 100 personas en nuestro país. Por ello, el doctor Alejandro Nencla, especialista en psiquiatría, dice que si bien la depresión se ha convertido en un tema mucho más común en la sociedad, todavía hay mucho que desconocemos.
Para el doctor Nencla, director médico de medicina interna en Pfizer México, es una realidad el hecho de que la sociedad está cada vez más familiarizada con la depresión, sin embargo, su acercamiento a esta condición no es del todo efectiva, debido a que, en muchas de las ocasiones, lo que saben de ella es a través de productos culturales, es decir, series que recurren a este trastorno para contar una historia que no necesariamente refleja lo que ocurre en la vida real.
“La gente ya no se espanta tanto, ya que es muy común que lo veas en una serie de Netflix, o que el tema (de la depresión) salga a relucir en una conversación”, estimó, “sin embargo, es tan común que no siempre se tiene claro cuando es depresión y cuando no es depresión o cuando realmente es una tristeza o un duelo”, destacó.
Por ello, el experto aclaró que la depresión sí es una enfermedad, la cual -en la mayoría de los manuales acerca de salud mental- es catalogada como trastorno depresivo mayor, que es la manera en que se denomina cuando una o un experto da a conocer el diagnostico oficial cuando una persona la padece.
El doctor no dejó pasar desapercibida la importancia de diferenciar la depresión de una tristeza común, una emoción que todas las personas experimentamos alguna vez. Estas diferencias -destacó- han sido definidas por criterios clínicos que les permiten a las y los especialistas identificar y determinar cuándo se trata de una depresión.
“Lo más importante que hay que resaltar que ese estado de ánimo triste/depresivo no te permite funcionar por mucho tiempo”, indicó y dimensionó que se trata de un periodo de inhabilidad de más de dos semanas. “No funcionas laboralmente, socialmente, con tu familia, con tu pareja, en la escuela; el rendimiento se va mermando, debido a los síntomas que generan la misma depresión, cosa que no pasaría con una tristeza pasajera”, detalló.
Y aunque la ansiedad, el estrés y la tristeza no son lo mismo que una depresión, el experto señaló que estos estados pueden ser “disparadores” de la depresión, o incluso “coexistir”, prueba de ello, -mencionó- es que más del 90% de las y los pacientes notifican que fue un evento especifico en su vida el que desencadenó la presencia de la enfermedad.
Entre ellos, dijo Alejandro Nencla los más comunes son la perdida de un integrante de la familia, el desempleo, problemas económicos y rupturas de pareja. Sin embargo, advirtió que no sucede así en todos los casos, ya que hay algunas personas que atraviesan estas etapas críticas y eso no produce que desarrollen una depresión necesariamente.
“Eso nos dice que hay factores biológicos, genéticos, hereditarios que una persona puede tener de base, y estos factores sólo están esperando que suceda un evento crucial en la vida de una persona, que dispara dichos síntomas”, dijo acerca de la predisposición biológica de una o un paciente.
Para esclarecer esta situación, el experto utilizó como ejemplo la pandemia, época en la que el confinamiento produjo que un grupo de la población comenzara a experimentar síntomas depresivos y otro grupo que, al contrario, sacó provechó de este tiempo para llevar a cabo muchas actividades que las y los llevaron a un estado mental de recreación y diligencia.
También habló de aquellas personas a las que no les es detectado un disparador biológico, en relación con la depresión, y además llevan un estilo de vida de estabilidad laboral y económica, así como una buena relación con su pareja y familia, sin embargo, su estado de ánimo siempre se encuentra en niveles bajos: “Son raros esos casos, pero también existen”, precisó.
De esta manera, el doctor esclareció que la depresión es una sumatoria de factores, tanto biológicos como ambientales, pues se debe tomar en cuenta la tendencia hereditaria; si la madre o el padre pareció depresión. Aunado a esto, los factores sociales toman un papel importante, pues “no es lo mismo una crianza donde hubo maltrato, abuso, carencia, violencia, lo que te predispone a que tu cerebro está más vulnerable, a lo que ocurre con una crianza que ha sido más sana”, profundizó.
Otro factor ambiental presente es el consumo de alcohol, pues de acuerdo con el doctor Nencla el consumo de alcohol puede producir mayor prevalencia de depresión: “Toda esta sumatoria de factores, desde qué genes traes, cómo está tu medio ambiente, tu temperamento y personalidad, así como las vicisitudes a las que te enfrentes en la vida es lo que te pone en riesgo o no te presentar una depresión”.
Ante este panorama, el especialista destacó que las personas deben tener muy en cuenta los estados de ánimos que experimentan y buscar ayuda si estos comienzan a afectarlos en la forma e en que viven y se relacionan en sociedad.
“Si sospechan, ya sea en su persona o en alguien cercano, un problema de depresión, busquen ayuda; que lo hablen, porque no es motivo de vergüenza, debe ser motivo de orgullo hablar de nuestra salud mental, que enorgullezca hacer algo por la salud mental”, pormenorizó.
melc