Washington.— El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris prometieron ayer luchar por el derecho al aborto, cuando se cumplen 50 años del fallo de la Suprema Corte que lo garantizó hasta su revocación meses atrás.
Varias manifestaciones se llevaron a cabo en el país para conmemorar el fallo Roe vs. Wade, jurisprudencia que el alto tribunal —de mayoría conservadora— enterró en junio pasado a nivel federal, dejando la decisión de la interrupción del embarazo a los estados.
En Nueva York, unas 300 personas marcharon con los lemas que enarbolaban las mujeres en 1970: “My body, my choice” (Mi cuerpo, mi derecho).
“Hoy debería haber sido el 50 aniversario de Roe vs. Wade”, escribió el presidente demócrata en Twitter, en alusión al fallo original. “En cambio, los funcionarios republicanos de MAGA” (partidarios del expresidente Donald Trump, con su eslogan Make America Great Again) “están librando una guerra contra el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones sobre el cuidado de la salud”.
La vicepresidenta Kamala Harris se sumó al reclamo. “¿Cómo se atreven?”, vociferó durante un discurso en Florida, al evocar a legisladores republicanos que quieren limitar e incluso suprimir el derecho al aborto.
En total, 20 estados gobernados por el Partido Republicano aprovecharon la brecha abierta por la Corte —a la que Trump dio un giro conservador— para limitar o prohibir el aborto.
Protesta nacional
Decenas de ciudades acogieron el movimiento Bigger than Roe (Más grande que Roe) con movilizaciones en apoyo a los derechos al aborto organizadas por Women’s March, cuya manifestación principal tuvo lugar en Madison (Wisconsin).
La capital Washington recibió a gente de diferentes estados y culminó a las puertas del Tribunal Supremo, no sin antes pasar afuera de la Casa Blanca.
La organización de planificación familiar Planned Parenthood resalta que la mayoría de las estadounidenses es favorable al derecho al aborto y estima que en Estados Unidos una mujer de cada tres vive en un estado que limitó ese derecho.
Biden insistió en sus tuits que “el derecho de las mujeres a elegir no es negociable” y pidió al Congreso que apruebe una ley con los términos de la jurisprudencia “Roe vs. Wade”, vinculante para los estados.
Pero tienen pocas posibilidades de ser escuchados: en el Congreso, la Cámara de Representantes, acaba de pasar por estrecho margen a manos republicanas mientras que en el Senado la mayoría demócrata es mínima.
La presión de la derecha religiosa en este tema que divide a Estados Unidos desde hace décadas se mantiene. Miles de opositores al aborto marcharon el viernes para reclamar al Congreso una prohibición nacional.
Por ahora, Biden ha tenido que conformarse con la emisión de decretos de alcance limitado.
Este domingo, por ejemplo, la Casa Blanca prometió proteger el acceso a pastillas a base de mifepristona, que permiten interrumpir el embarazo.