París.— Francia vivió ayer su mayor protesta contra una reforma social de las últimas décadas a llamado de los sindicatos, que convocaron a nuevas manifestaciones la próxima semana para obligar al gobierno a abandonar su plan para retrasar la edad de jubilación.

“El gobierno debe escuchar el rechazo masivo de este proyecto y retirarlo”, dijo Patricia Drevon, sindicalista de FO, tras una reunión de las centrales sindicales, llamando a nuevas protestas la próxima semana, el martes 7 y el sábado 11.

Las dos medidas que cristalizan el descontento son el retraso progresivo hasta 2030 de la edad de jubilación de 62 a 64 años y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, y no 42 como ahora, para cobrar una pensión completa.

La movilización fue mayor que la del 19 de enero y que el anterior récord registrado en 2010, cuando el entonces gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy acabó con la edad de jubilación a 60 años.

Las autoridades indicaron que un millón 272 mil personas salieron este martes a la calle, cifra que el sindicato CGT elevó a 2.8 millones. Según el diario Le Monde, se trata en cualquier caso de “un récord contra una reforma social desde 1995”.

París, donde se detuvo a 30 personas por choques con las fuerzas de seguridad, registró la mayor manifestación con 87 mil personas (500 mil, según la CGT), pero la participación también subió en la mayoría de ciudades y pueblos: 40 mil en Marsella, 28 mil en Nantes, 23 mil en Rennes, etc., según la policía.

La pacífica marcha parisina en términos generales se vio empañada por enfrentamientos dispersos entre un pequeño grupo de radicales vestidos de negro y la policía antidisturbios, que disparó gases lacrimógenos en Les Invalides, donde se encuentra la tumba de Napoleón, hacia el final de la manifestación que se perfora por toda la ciudad. La policía informó de 30 arrestos.

Los huelguistas, que no cobran las horas de paro, fueron menos numerosos en el sector público, como en la educación o en la empresa de ferrocarriles SNCF, si bien se paralizó gran parte de los trenes regionales.

La punta de lanza vino del sector energético. Las centrales nucleares registraron una caída de producción de unos 3 mil MWh, según la empresa EDF. Y entre 75% y 100% del personal de las refinerías y depósitos de TotalEnergies se unieron al paro, según la CGT.

Los manifestantes piden que el presidente Emmanuel Macron dé marcha atrás al endurecimiento de las condiciones para acceder a una pensión completa. Desde su llegada al poder en 2017, Macron, de 45 años, defendió su voluntad de “sacudir” el sistema con sus reformas de corte liberal, que en ocasiones le valieron una imagen de “presidente de los ricos”, como durante la protesta social de los chalecos amarillos. La reforma de las pensiones es clave para él. La edad de jubilación en Francia es una de las más bajas de Europa y acercarla a la de sus vecinos busca garantizar el equilibrio futuro en la caja de las pensiones.

Aunque su primera ministra, Élisabeth Borne, advirtió el domingo que el retraso a 64 años “ya no era negociable”, en su primera reacción a las protestas de este martes dijo entender que haya “dudas” y urgió a “enriquecer” el proyecto en el Parlamento.

Sin embargo, después que la pandemia le obligara a retirar un primer intento, el gobierno escogió un polémico procedimiento parlamentario que le permite aplicar el actual plan si las dos cámaras del Parlamento no se pronuncian para finales de marzo. Con el rechazo ya anunciado del frente de izquierdas Nupes y de la extrema derecha, el gobierno espera lograr el apoyo clave en el Parlamento del partido de derecha Los Republicanos (LR), favorable a una reforma, pero dividido sobre si sostener la actual.

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