John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, confirmó este viernes que el presidente Joe Biden ordenó el derribo de un “objeto a gran altitud” que sobrevolaba Alaska.
Un caza estadounidense derribó el objeto no identificado sobre Alaska, informó la Casa Blanca, aunque no quedó claro cuál era el propósito o el origen del objetivo.
“El presidente ordenó a los militares que derribaran el objeto”, informó Kirby en una rueda de prensa. El incidente se produjo en la última hora, dijo aproximadamente a las 19:30 GMT.
Kirby también señaló que el “objeto” tenía el tamaño de un “pequeño auto” y se desconoce si pertenecía a una nación, incluida China. “No sabemos a quién pertenece, si a un Estado o a una empresa”, dijo.
Sin embargo, en principio, el objeto era diferente al “globo espía” chino que Estados Unidos derribó el sábado después de que sobrevolara varias zonas del país, dijo el portavoz. Las autoridades todavía están recuperando los restos de ese globo, derribado frente a la costa de Carolina del Sur.
El objeto derribado este viernes, que cayó en aguas estadounidenses frente a la costa norte de Alaska cerca de la frontera con Canadá, volaba a unos 12.000 metros de altura y suponía una “amenaza razonable” para la seguridad de los vuelos civiles, explicó Kirby.
“Esperamos poder recuperar los restos, ya que no sólo cayeron en nuestro espacio territorial, sino también en lo que creemos que es agua congelada, por lo que se hará un esfuerzo de recuperación”, añadió el vocero en la Casa Blanca.
Además, señaló que el ejército estadounidense envió un avión para observar el objeto antes de que fuera derribado y “la evaluación del piloto fue que no estaba tripulado”.
Este suceso se produce casi una semana después de que Estados Unidos derribara el presunto globo espía chino frente a la costa de Carolina del Sur luego de que atravesara lugares militares sensibles de Norteamérica. China insistió en que el sobrevuelo fue un accidente con una nave civil y amenazó con repercusiones.
Biden dio la orden, pero quería derribar el globo incluso antes. Se le aconsejó que el mejor momento para la operación sería cuando estuviera sobre el agua. Los oficiales militares determinaron que derribarlo sobre tierra desde una altitud de 60.000 pies (18.000 metros) supondría un riesgo excesivo para las personas en tierra.
China respondió que se reservaba el derecho a “tomar nuevas medidas” y criticó a Estados Unidos por “una evidente reacción exagerada y una grave violación de la práctica internacional”.