Michigan.— Un hombre armado que abrió fuego el lunes en la noche en la Universidad Estatal de Michigan y dejó tres fallecidos y cinco heridos decidió quitarse la vida de un disparo fuera del campus, en medio de una persecución que dejó a los asustados estudiantes escondidos en la oscuridad durante varias horas.
La policía reportó el deceso del sospechoso a primera hora del martes, cuatro horas después de los primeros disparos en Berkey Hall, un edificio académico, y después cerca, en el MSU Union, un centro popular para comer o estudiar.
“Esta noche estamos viviendo una auténtica pesadilla”, indicó Chris Rozman, subdirector interino de la policía del campus.
Cientos de agentes habían rastrado el campus de Lansing Este, a unos 145 kilómetros (90 millas) al noreste de Detroit, en busca del sospechoso, a quien la policía describió como un hombre negro de baja estatura con calzado rojo, una cazadora tejana y una gorra de béisbol.
Según Rozman, era demasiado pronto para conocer el motivo y si el hombre tenía algún tipo de relación con la universidad. Su nombre no se hizo público de inmediato.
Dos personas murieron en Berkey y la tercera en el MSU Union, explicó.
El vocero del Hospital Sparrow, John Foren, no ofreció información sobre el estado de los cinco heridos trasladados allí.
A las 22:15, la policía dijo que Berkey, así como las residencias próximas, eran seguras.
Antes de que se encontrase al tirador muerto, Kim Adams, meteoróloga de la televisora WDIV-TV con un hija en esa universidad, dijo a los espectadores que los estudiantes estaban exhaustos por las horas de angustia.
“Han estado escondidos, con todas las luces apagadas en una habitación a oscuras”, dijo Adams. “Sus celulares están empezando a quedarse sin batería. No todos tienen cargadores y perder el contacto con el mundo exterior es aterrador en un día normal para un estudiante universitario, más aún cuando hay alguien ahí fuera a quien aún no han atrapado”.
Aedan Kelley, un estudiante que vive a menos de un kilómetro (millas) de distancia del campus, dijo que cerró las puertas y cubrió las ventanas “por si acaso”. El sonido de las sirenas era constante, añadió, y un helicóptero sobrevolaba la zona.
“Todo es muy aterrador”, comentó Kelley. “Y luego tengo a todas estas personas que me mandan mensajes preguntando si estoy bien, lo cual es abrumador”.
La Universidad Estatal de Michigan tiene unos 50.000 estudiantes. Todas las actividades del campus se han cancelado las próximas 48 horas, incluyendo las deportivas y las lectivas.