El devastador terremoto que sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria el pasado 6 de febrero causó unas 50.000 muertes, según las últimas cifras provisionales.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) declaró que el número de muertos por el temblor en Turquía ascendía a 44.218 el viernes por la noche. Y, con el reciente balance de 5.914 muertos en Siria, el número combinado de víctimas mortales en ambos países superó los 50.000.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró daños en 22 hospitales (quince en Turquía y siete en Siria). “Pedimos a la comunidad internacional que apoye esta respuesta y brinde esperanzas a los que ahora sufren, traumatizados y con dudas sobre su futuro”, afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una rueda de prensa. Y dijo que la situación de vulnerabilidad de la red sanitaria en Siria es especialmente grave, dado que la zona ha sufrido más de una década de conflicto armado entre el régimen de Bashar al Assad y los rebeldes.
El terremoto inicial registrado el 6 de febrero y las réplicas que le siguieron han afectado de un modo u otro a cerca de 9 millones de personas en Siria, de acuerdo con estimaciones de la ONU.
Según el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, hasta el momento se han registrado cerca de 8.000 réplicas del primer sismo, que tuvo una magnitud de 7,4 en la escala abierta de Richter.
La Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental (ESCWA, en inglés) alertó que los sismos registrados en las dos últimos semanas tendrán un “impacto desastroso” en la economía de Siria.
“El terremoto tendrá un impacto desastroso en las ya pésimas condiciones económicas y sociales causadas por el conflicto en marcha, la pandemia del covid-19 y una serie de sequías, entre muchos otros factores. En consecuencia, más y más gente será vulnerable, pobre y desplazada”, advirtió la comisión en un comunicado.
La situación económica ha empeorado gravemente en Siria en los últimos tres años y ya antes de la reciente tragedia el 90% de la población vivía en la pobreza, en medio de una fuerte inflación acelerada por la guerra en Ucrania y las medidas contra Rusia, principal aliada del régimen de Al Assad.