Estados Unidos aseguró que la suspensión de Rusia del acuerdo nuclear New Start III es “legalmente inválida”, recalcando que la respuesta estadounidense a la invasión rusa de Ucrania no exime al Kremlin de la responsabilidad de cumplir sus obligaciones en el tratado.
“El incumplimiento de Rusia con el New Start y su supuesta suspensión del tratado son pasos desafortunados e irresponsables”, expresó el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado, señalando que el cumplimiento mutuo del tratado fortalece la seguridad mundial.
Tras señalar que la suspensión de Rusia es “legalmente inválida”, Washington le recordó a Moscú que sigue estando obligada a permitir inspecciones sobre las armas nucleares, a notificar cada movimiento de sus fuerzas, o reunirse en la Comisión Consultiva Bilateral (BCC).
El Departamento de Estado aseguró que, si bien Rusia no ha tenido una actividad significativa por encima de lo estipulado en el tratado en 2022, “el hecho de que Rusia no permita inspecciones y proporcione notificaciones degrada la capacidad de Estados Unidos para evaluar los despliegues nucleares rusos”
De acuerdo con el comunicado emitido por el Departamento de Estado, Rusia que puede “remediar fácilmente” su incumplimiento al reanudar las actividades que realizó durante años bajo el tratado: realizar inspecciones, reunirse en el BCC y proporcionar notificaciones y datos.
“Estados Unidos estaba dispuesto a trabajar de manera constructiva con Rusia en la sesión del BCC que estaba programada para noviembre de 2022, y que Rusia canceló abruptamente. Contrariamente a las afirmaciones del Kremlin, todos los temas que Rusia identificó para su discusión estaban en la agenda”, reza el texto del Departamento de Estado.
El presidente ruso Vladimir Putin anunció a finales de febrero que todos los intercambios de información en el marco del New Star fueron suspendidos, en línea con la decisión de congelar la participación de Moscú en el pacto.
Washington y Moscú prorrogaron en 2021 el New Start por un plazo de cinco años. El tratado busca limitar el despliegue de armas nucleares de alcance intercontinental por ambas partes, permitiendo comprobaciones frecuentes de los programas de cada país por parte del contrario. El acuerdo permite a Washington y Moscú desplegar hasta 700 misiles balísticos intercontinentales y 1.550 cabezas nucleares en esos misiles.
Si se pone fin al tratado o expira sin una renovación, los arsenales nucleares de las dos mayores potencias nucleares del mundo no tendrían ninguna limitación por primera vez desde los años 70, en plena Guerra Fría, y ninguna de las partes podría controlar el arsenal del contrario.
Moscú subrayó hace semanas que podría retomar el Start “sólo en el caso de que EEUU revise su actitud respecto a Rusia”.
“Mantendremos en la medida de las necesidades los contactos con los estadounidenses. No podemos afirmar que tengamos resultados significativos. Pero Moscú no rechaza el diálogo, estamos abiertos a él”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores Serguéi Riabkov.