La acción de Credit Suisse saltó con fuerza en el inicio de las operaciones en el Swiss Exchange de Zurich, el principal mercado de Suiza. El papel del atribulado banco llegó a subir hasta 40% antes de estabilizarse. Las subas llegan luego de días de especulaciones que llevaron a la acción a tocar mínimos históricos este último miércoles y de que la entidad anunciara que el Banco Nacional de Suiza le extenderá un salvavidas de hasta USD 54.000 millones para disipar la inquitud de ahorristas e inversores.
Credit Suisse, en el ojo de la tormenta de la crisis bancaria europea, se recuperaba un 19,50% tras anunciar que pediría un préstamo de hasta 54.000 millones de dólares al banco central suizo para reforzar la liquidez y la confianza de los inversores.
Las acciones de la entidad, con sede en Zúrich, habían caído un 24% el miércoles hasta un mínimo histórico. El banco se había transformado en el foco de los temores inversores luego de los resonantes derrumbes de Silicon Valley Bank y Signature Bank en los Estados Unidos y había empujado a la baja a los principales mercados del mundo.
Credit Suisse dijo el jueves que estaba tomando “medidas decisivas” para reforzar su liquidez pidiendo prestados hasta USD 54.000 millones al banco central suizo, después de que la caída de sus acciones intensificara los temores sobre una crisis más amplia de los depósitos bancarios.
Los problemas de la entidad helvética han desplazado el foco de atención de los inversores y reguladores de Estados Unidos a Europa, donde Credit Suisse lideró una liquidación de acciones bancarias después de que su mayor inversor dijera que no podía proporcionar más ayuda financiera debido a las restricciones regulatorias.
El anuncio del banco suizo a primera hora de la mañana europea ayudó a recortar algunas de esas pérdidas, aunque el comercio era volátil.
En su comunicado de la madrugada del jueves, Credit Suisse dijo que ejercía su opción de pedir prestado al Banco Nacional Suizo hasta 50.000 millones de francos suizos (USD 54.000 millones).
La atención de los inversores se centra ahora en las medidas que adopten los bancos centrales y otros reguladores asiáticos para restablecer la confianza en el sistema bancario, así como en la exposición de las empresas regionales al Credit Suisse.
En una declaración conjunta el miércoles, el regulador financiero suizo FINMA y el banco central del país trataron de aliviar los temores de los inversores en torno a Credit Suisse, afirmando que “cumple los requisitos de capital y liquidez impuestos a los bancos de importancia sistémica”. Según indicaron, la entidad podría acceder a la liquidez del banco central en caso necesario. Credit Suisse acogió con satisfacción la declaración de apoyo del Banco Nacional Suizo y la FINMA.
Credit Suisse sería el primer gran banco mundial al que se le concede un salvavidas de este tipo desde la crisis financiera de 2008, aunque los bancos centrales han concedido liquidez de forma más general a las entidades en momentos de tensión en los mercados, incluida la pandemia del coronavirus.
La quiebra de SVB la semana pasada, seguida de la de Signature Bank dos días más tarde, provocó una montaña rusa para las acciones y bonos bancarios mundiales esta semana, en la que los inversores descontaron las garantías ofrecidas por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y las medidas de emergencia que daban a los bancos acceso a más financiación.
La FINMA y el banco central suizo dijeron que no había indicios de riesgo directo de contagio para las instituciones suizas de las turbulencias del mercado bancario estadounidense.
Con anterioridad, las acciones de Credit Suisse lideraron una caída del 7% en el índice bancario europeo .SX7P, mientras que los swaps de incumplimiento crediticio (CADS) a cinco años de la emblemática institución financiera suizo alcanzaron un nuevo máximo histórico.
Las rápidas subas de las tasas de interés han dificultado a algunas empresas la devolución o el servicio de los préstamos, aumentando las posibilidades de pérdidas para los prestamistas, preocupados también por una recesión.
Los operadores apuestan ahora a que la Reserva Federal, de la que se esperaba la semana pasada que acelerara su campaña de alzas de tasas ante la persistencia de la inflación, se vea obligada a hacer una pausa e, incluso, a dar marcha atrás.