Jartum.— Los generales rivales de Sudán hicieron ayer un nuevo intento de un alto el fuego humanitario de 24 horas después de una tregua fallida la noche anterior, pero continuaron los combates esporádicos y grupos de ayuda dijeron que necesitaban garantías y una ventana más amplia para ayudar a los civiles atrapados por cinco días de intensos choques urbanos.

Los sudaneses aterrorizados huyeron de Jartum más temprano, cargando sus pertenencias e intentando salir de la capital, donde las fuerzas leales a los dos principales generales del país han estado luchando entre sí con tanques, artillería y aviación desde el sábado.

Los enfrentamientos en Jartum y en otras partes de la nación han dejado más de 270 civiles muertos, según un balance “provisional” de 15 embajadas occidentales. Los gobiernos extranjeros empezaron a planear la evacuación de miles de expatriados, incluidos funcionarios de Naciones Unidas. Diplomáticos extranjeros han sido atacados y la ONU denunció “saqueos, ataques y violencia sexual contra cooperantes”. El ministro de Defensa de Chad, uno de los países vecinos, dijo que 320 militares sudaneses cruzaron la frontera el domingo para huir.

Los combates se hicieron menos intensos en las primeras horas después de que entrara en vigor el alto el fuego a las 18:00 horas, pero continuaron los enfrentamientos esporádicos en el centro de la ciudad, dijo Atiya Abdalla Atiya, secretario del Sindicato de Médicos, que aún se encuentra en la capital.

Sin embargo, indicó que ninguna de las partes ha brindado garantías a su grupo para facilitar el movimiento de trabajadores de la salud y ambulancias.

Los combates estallaron el sábado entre las fuerzas de dos generales que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2021: el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y su entonces número dos Mohamed Hamdan Daglo, comandante del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Los dos militares se oponen por los planes de integrar las FAR al ejército regular, una condición clave del acuerdo final para retomar la transición democrática en el país.

Miles de personas comenzaron a huir de la capital sudanesa, de 5 millones de habitantes. Algunos iban en vehículos, otros a pie, incluidos mujeres y niños. Las calles estaban llenas de cadáveres con fuerte olor a descomposición, dijeron testimonios.

Fuertes explosiones e intensos tiroteos se escucharon en Jartum y testigos indicaron que gruesas columnas de humo negro salían de los edificios alrededor del cuartel del ejército, situado en el centro de la capital.

Combatientes de las FAR recorrían la capital en vehículos con armas pesadas, mientras los aviones de combate del ejército sobrevolaban y disparaban a los paramilitares, relataron testigos. Los civiles que permanecen en sus casas están cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua potable.

Las FAR anunciaron el miércoles unilateralmente “una tregua de 24 horas desde las 16H00 GMT”. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, pidió a las partes que se adhieran a la tregua.

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