Ciudades estadounidenses están en alerta y han estado tomando sus propias medidas ante la oleada migratoria por el fin del Título 42.
El Paso abrió un albergue municipal y está poniendo a punto otros dos para dar cobijo a hasta 4 mil 500 personas migrantes en previsión de que los refugiados centroamericanos y sudamericanos desborden la frontera.
“Nos estamos preparamos para lo desconocido”, aseguró el alcalde de El Paso, Oscar Leeser.
Irene Valenzuela, directora ejecutiva del Departamento de Servicios Comunitarios del condado de El Paso, remarcó: “Estamos tan preparados como podemos”.
Nueva York está luchando por encontrar espacio para los solicitantes de asilo y ha pedido ayuda a los condados cercanos para alojarlos, dijeron funcionarios de la ciudad, reportó NBC News.
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, dijo que la urbe está recibiendo un promedio de 500 recién llegados cada día y anticipa potencialmente miles más. Bajo una orden ejecutiva, Adams ha suspendido temporalmente algunas de las reglas de “derecho a la vivienda” para los recién llegados, porque dado que están rebasados, buscan acomodarlos donde sea posible. Se ha pedido ayuda también a condados vecinos para recibir a los migrantes.
Además, alrededor de 200 personas de la frontera sur han sido transportadas a Denver diariamente en los últimos seis días, dijeron ayer funcionarios de la ciudad. Chicago ya está luchando para albergar a los inmigrantes que llegan en autobús desde Texas. Mientras, cinco funcionarios que representan a las comunidades de Arizona a lo largo de la frontera entre EEUU y México han pedido una declaración de emergencia federal para ayudar con el aumento esperado de inmigrantes.