Joe Biden y Xi Jinping comenzaron este lunes una cumbre virtual para, según el presidente estadounidense, evitar “un conflicto” entre Estados Unidos y China, la cual pide más “comunicación y cooperación”.

Biden afirmó que se necesitan medidas de “salvaguarda” y que “la competencia entre los dos países no debe transformarse en un conflicto intencionado o no”, tras las tensiones acumuladas en torno a Taiwán, el comercio y los derechos humanos.

“China y Estados Unidos deben mejorar su comunicación y cooperación”, dijo Xi, quien dijo estar feliz de ver a “su viejo amigo” por primera vez a través de la pantalla.  

Ambos presidentes hablaron extensamente por teléfono dos veces desde la investidura de Biden en enero. Ante la negativa de Xi de viajar al extranjero debido a la pandemia, se optó por un encuentro en línea.

“Estoy dispuesto a trabajar con usted”, prosiguió el presidente chino. 

La conversación entre ambos comenzó a las 19:45 horas de Washington (00H45 GMT del martes) y podría durar “varias horas”, informó este lunes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Los asesores de Biden presentan la cumbre como una oportunidad para intentar evitar una escalada en las tensiones, en particular por Taiwán, democracia autónoma a la que China considera una provincia rebelde.

“Sabemos que, como líder global responsable, es importante mantener abiertos los canales de comunicación”, dijo a los periodistas sobre Biden un alto funcionario del gobierno estadounidense.

“El presidente también dejará claro que queremos construir salvaguardas comunes para evitar errores de cálculo o malentendidos”, agregó, aunque buscó moderar las expectativas al señalar que no se esperan grandes resultados de la cumbre.

La reunión se mantiene después de que Biden criticara la ausencia de Xi en importantes citas internacionales y en momentos en que el mandatario chino fortalece su control sobre el régimen. 

Las relaciones entre ambas potencias tocaron fondo durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021), quien lanzó una guerra comercial contra China mientras atacaba a Pekín por su manejo de la pandemia.

Biden reformuló la confrontación de manera más amplia, la de una lucha entre democracia y autocracia, y pese a que su tono es más mesurado que el de Trump, la relación entre Washington y Pekín es muy tensa.

Taiwán es lo que genera más tirantez entre ambas potencias ante una intensificación de las actividades militares chinas con un número récord de incursiones en la zona de defensa aérea de la isla.

La tensión quedó patente el fin de semana entre el secretario de Estado, Antony Blinken, y su homólogo, chino Wang Yi.

Blinken expresó su “preocupación por la continua presión militar, diplomática y económica” de Pekín sobre Taipéi, mientras que Wang advirtió contra cualquier acción estadounidense que pudiera interpretarse como un apoyo a la “independencia de Taiwán”.

Este lunes Pekín dejó recaer sobre Biden la responsabilidad de mejorar las relaciones.

“Esperamos que Estados Unidos trabaje en la misma dirección que China para llevarnos bien”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian.

Sin embargo, el funcionario estadounidense señaló que Biden “será muy directo y franco sobre los temas” que “generan preocupación” a la Casa Blanca, aludiendo al “comportamiento coercitivo y provocador de China con respecto a Taiwán” así como a lo que Washington considera violaciones de los derechos humanos y prácticas comerciales agresivas por parte de China.

Empero destacó que hay espacio para la cooperación en diversas áreas, como el cambio climático.

Este encuentro virtual se realiza en momentos en que Xi Jinping afianza su control sobre el régimen, como lo demuestra la adopción el jueves de una resolución del Partido Comunista de China, celebrando su centenario, que destaca el legado del presidente entre los íconos del régimen.

Esto ha “cimentado aún más” la concentración de poder en manos del presidente chino, según el funcionario.

“Si Biden y Xi logran establecer un ritmo de comunicación regular, con reuniones cara a cara cuando se den las condiciones, entonces China y Estados Unidos podrán gestionar más fácilmente la volatilidad y los riesgos de su relación”, estima Danny Russel, alto diplomático durante el mandato de Barack Obama y especialista en Asia, en un artículo para la revista “Foreign Affairs”.

ardm 

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