Washington.— El Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional de Estados Unidos investigan las recientes denuncias que ha habido sobre trato inhumano a inmigrantes en la frontera con México, apuntó ayer el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Señaló en una conferencia de prensa que ambos gabinetes están “evaluando” la situación y condenó “en los mayores términos” que, según ha trascendido, policías de Texas recibieran órdenes de negar agua a migrantes y devolver incluso a niños y bebés a las aguas del río Grande (Bravo).
La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac) denunció esta semana el uso de alambre de púas, boyas y otras barreras en la frontera de Texas alegando que “ponen en peligro la seguridad de mujeres y niños que buscan asilo”.
Dos diarios de Texas, el Houston Chronicle y San Antonio Express News apuntaron que agentes de la iniciativa de seguridad fronteriza del gobernador Greg Abbott, Operación Estrella Solitaria, han recibido órdenes de empujar niños pequeños e infantes lactantes de vuelta al río Grande y de negar agua a los solicitantes de asilo, incluso en las condiciones de calor extremo.
“Es inhumano”, dijo Kirby, según el cual México ha expresado al Departamento de Estado su “preocupación” por esas barreras y Estados Unidos está en contacto con la administración mexicana “sobre los próximos pasos”.
“No tenemos más espacio”
En Nueva York, el alcalde Eric Adams señaló que la ciudad no tiene más espacio para migrantes, y que se repartirán folletos en la frontera estadounidense con México animándolos a dirigirse a otro lugar.
“No hay garantía de que podamos proporcionar refugio y servicios a los recién llegados”, dice un folleto en inglés y en español, que además advierte que la vivienda en Nueva York es “muy cara” y que el costo de la comida, transporte y otras necesidades “es el más alto de Estados Unidos”. “Por favor, consideren otra ciudad al decidir dónde establecerse en Estados Unidos”, añade el folleto.
Para liberar espacio a familias con niños, tras 60 días, migrantes adultos en la ciudad tendrán que volver a solicitar refugio.