Por Jorge Emilio Sánchez

En una industria que pretendía controlar cada paso de sus artistas, en especial los de las mujeres, la irlandesa Sinéad O’Connor irrumpió con su voz y música como armas para imponerse contra el establishment.

Hay dos momentos emblemáticos: cuando se rapó como protesta del ideal femenino de los años 80 y al romper la foto del Papa Juan Pablo II, durante su aparición en vivo en “Saturday Night Live”, en 1991, para protestar contra la Iglesia Católica y su manejo de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

Sinéad O’Connor era todo eso: apasionada, valiente y controvertida, reconocida por su voz emotiva y su actitud desafiante. La que abordaba sin temor temas difíciles. Falleció ayer a los 56 años de edad por causas que no han sido confirmadas.

“Hay que reconocerle su valentía y su autenticidad. En el campo de una industria musical global anglosajona que quiere dominar todo, fue refrescante que llegara alguien, además de todo era mujer, a no tomar posturas políticamente correctas”, considera el músico José Luis Paredes Pacho, conocedor de su carrera y director del Museo Universitario del Chopo.

La nacida en Dublín, Irlanda, dejó ilesos a pocos que no lo ameritaran, boicoteó a los Grammy (por su trato a los artistas), a la BBC (por su abordaje a la violencia contra la mujer), a Israel (por su postura frente a Palestina), a la Familia Real (por sus prácticas de “tortura”), a Estados Unidos y Europa (por sus políticas migratorias).

“Vino alguien que podía tener un pie en occidente y otro fuera de occidente, creo que eso le ayudó a su éxito, ligado a circuitos de festivales y disqueras de World Music que pretendían promover propuestas lejanas, logró tener un pie en ambos mundos, el mainstream y el circuito de festivales alternativos”, detalla el etnomusicólogo Bruno Bartra, director de la Fonoteca Nacional.

Una infancia rota

Desde pequeña atravesó la ruptura de sus padres y más adelante, los conflictos con su madre Marie O’Connor, la hicieron tomar la decisión de alejarse de ella y vivir junto a su padre, quien terminó por inscribirla en un reformatorio, el Centro de Capacitación de Grianan.

Un año después, a los 18 años, Sinéad ya había formado el primer grupo musical en su carrera, Ton Ton Macoute, con quien comenzaría a llamar la atención de grandes disqueras. Fue en su primer álbum The lion and the cobra, que se enfrentó a la industria. Contó que debido a su primer embarazo, su disquera quería que abortara, a lo que se negó, lanzando el tema en solitario con siete meses de gestación.

Como pocos, expresó abiertamente sus problemas emocionales, desde el fallecimiento de su madre en 1985, hasta el de su tercer hijo Shane, a causa de suicidio en enero de 2022.

“Mi hermoso hijo, Nevi’im Nesta Ali Shane O’Connor, la luz de mi vida, decidió terminar su lucha terrenal hoy y ahora está con Dios”, escribió en su Twitter el año pasado. Le sobreviven sus hijos Jake, Róisín y Yeshua.

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