Trípoli.- La Autoridad Nacional de Seguridad en Libia anunció el fin de las labores de los equipos terrestres de búsqueda y rescate en la ciudad de Derna (este), azotada el pasado 10 de septiembre por el ciclón Daniel y que ha provocado según las autoridades locales al menos 3 mil 351 muertes, mientras continúan las operaciones marítimas.
Un total de 14 equipos de rescate, 10 de ellos extranjeros, seguirán a cargo de localizar los cuerpos de las más de 11 mil personas que se estima desaparecieron bajo las aguas torrenciales, explicó el portavoz del Comité de Crisis de Emergencia y Respuesta Rápida del Gobierno de Bengasi, Muhammad Al-Jarh.
Las autoridades del este revelaron haber restaurado el 70% de las telecomunicaciones dañadas durante el desastre mientras que los trabajos de reapertura y reconstrucción de carreteras se encuentra al 90%.
El Observatorio Sismológico Euro-Mediterráneo registró hoy durante la madrugada un terremoto de magnitud 4.5 en la ciudad de Tobruk, a 200 kilómetros de distancia de Derna, aunque no se registraron víctimas.
El comandante del Mando Militar de Estados Unidos en África (Africom), el general Michael Langley, aterrizó hoy en Trípoli, donde se reunió con el primer ministro del GUN, Abdulhamid Dbeiba, para coordinar el apoyo estadounidense a través del ejecutivo y sus organizaciones.
“Apoyamos al pueblo libio en este momento difícil y apoyamos sus llamamientos a la unidad nacional tras esta tragedia. Esta mañana, Estados Unidos, a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) entregamos suministros urgentes a Bengasi (…) Continuaremos trabajando con socios libios e internacionales para proporcionar financiación, suministros urgentes y expertos”, señaló el embajador de este país, Richard Norland, en un comunicado.
El subdirector del Instituto de Estudios de Derechos Humanos de El Cairo (CIHRS), Ziad Abdeltawab, defendió que “teniendo en cuenta el historial de impunidad en Libia y la magnitud de la tragedia, es esencial llevar a cabo investigaciones exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes sobre las circunstancias de este desastre.
“Esta investigación debería tener como mandato evaluar las responsabilidades y garantizar la rendición de cuentas en relación con las inundaciones y las muertes, lesiones y destrucción resultantes y hacer públicas sus conclusiones”.
Las aguas torrenciales arrasaron el pasado 10 septiembre el noreste de Libia, especialmente en la ciudad de Derna, donde colapsaron dos presas, vertiendo 33 millones de litros de agua durante la madrugada y arrastrando zonas residenciales enteras, puentes y carreteras hasta el mar.
El Gobierno libio de Bengasi (este) ordenó ayer a los medios de comunicación que abandonasen la ciudad con el fin de “facilitar” las tareas de rescate y anunciaron la destitución del consejo municipal tras la apertura de una investigación judicial sobre las posibles fallas humanas ante el colapso de las represas.
Horas antes, miles de manifestantes exigieron la destitución del Parlamento por su gestión frente al desastre y decenas de individuos quemaron la casa del hasta ahora alcalde de la ciudad, que había declarado la desaparición de hasta 20.000 personas.
La división política entre el este y el oeste complica todavía más las labores de rescate y reconstrucción en este país de siete millones de habitantes, inmerso en más de una década de conflicto tras el levantamiento popular respaldado por la OTAN que derrocó al dictador Muamar El Gadafi en 2011.
mcc