Cuando eran pequeñas, miraban los cielos estrellados de Chile y Colombia con fascinación.
Laura Pérez y Paola Pinilla siempre soñaron con ser astrónomas. Lo que nunca imaginaron es que sus vidas se iban a cruzar y que llegarían lejos. Muy lejos.
Gracias a sus prominentes estudios sobre la formación planetaria, las investigadoras latinoamericanas ganaron recientemente el premio New Horizons Prize in Physics, de la Fundación Breakthrough Prize, uno de los más prestigiosos del mundo.
El reconocimiento -conocido como el “Oscar de la ciencia”- llega después de que ambas estuvieran años observando el universo.
Pero ¿cómo estas dos mujeres latinoamericanas lograron hacerse un espacio tan importante entre las grandes ligas de la ciencia mundial?
¿Por qué ganaron el premio?
Laura Pérez y Paola Pinilla -de 39 y 37 años, respectivamente- fueron reconocidas por sus aportes a los estudios sobre la formación de los planetas junto con otros dos científicos, Tilman Birnstiel (de la Universidad Ludwig Maximilian, en Alemania) y Nienke van der Marel (de la Universidad de Leiden, en Holanda).
Particularmente, se les valora por su predicción, descubrimiento y modelamiento de los “dust traps” -o trampas de polvo-, que son clave a la hora de estudiar los primeros pasos de la formación planetaria.
Para comprender este complejo fenómeno, hay que remontarse al momento en el que una estrella se está formando: a su alrededor hay polvo y gas, un material denominado “disco protoplanetario”.
En el campo científico había una gran incógnita respecto a cómo se creaban los planetas a partir de este polvo pues, según lo que los investigadores habían observado, cuando crecía, la estrella lo “engullía” en un proceso denominado “deslizamiento radial”.
Sin embargo, las científicas descubrieron la existencia de estas “trampas de polvo”, que son regiones ubicadas dentro del disco protoplanetario donde las partículas se pueden acumular y seguir creciendo, sobreviviendo al deslizamiento radial.
“Es aquí donde el material sólido se concentra y permite la formación planetaria. Si no existieran, este material terminaría siendo absorbido por la estrella”, le explica a BBC Mundo Laura Pérez.
“Aún quedan muchas preguntas abiertas -agrega por su parte Paola Pinilla-, pero hoy sabemos que estas estructuras son críticas para entender los primeros pasos de la formación planetaria”.
“Sí se puede”
En entrevista con BBC Mundo, ambas científicas dijeron sentirse “honradas” porque se reconozca el impacto de su trabajo.
“Fue muy emocionante… este premio demuestra que se puede hacer ciencia de impacto desde Latinoamérica”, dice Laura Pérez.
La chilena -quien normalmente hace sus investigaciones desde el Observatorio Alma, ubicado en la región de Atacama, en el norte de Chile- afirma que en el continente latinoamericano hay un “laboratorio natural” que “debemos proteger”.
En el Observatorio Alma, en el norte de Chile, se encuentran los mejores telescopios del mundo.
“En el pasado, los astrónomos han logrado cuidar el acceso a nuestros cielos y este premio es fruto de aquello, es lo que ha permitido que hoy nosotras estemos en las grandes ligas”, indica.
Para Paola Pinilla es crucial resaltar la importancia de que más y más mujeres se involucren en el campo de la ciencia.
“Desafortunadamente, es un sector que sigue siendo dominado por hombres. En los libros, la mayoría de sus protagonistas son hombres, los profesores también son hombres, entonces uno, como mujer, no se imagina en ese papel. Pero si les damos más roles a las niñas, se van a entusiasmar”, indica.
Tanto Pérez como Pinilla son madres y reconocen que esto ha dificultado su desarrollo profesional.
La colombiana, incluso, escribió un libro al respecto, denominado “Madres en Astronomía”, donde aborda las dificultades de tener hijos para las investigadoras, compartiendo experiencias y ofreciendo recomendaciones.
Pérez recuerda que cuando salió a la luz pública la noticia del premio, “una científica muy querida me escribió y me dijo: ‘Estoy muy orgullosa de verte a ti y a Paola en esto porque son mujeres, son madres y latinoamericanas’. Yo no le había tomado el peso y ahí me di cuenta… es una sensación muy linda”, dice.
Para las astrónomas, la clave está en apuntar alto para cumplir los sueños.
“El esfuerzo y el trabajo siempre se recompensan”, comenta Pérez.
“Recuerdo a un compañero de oficina que tenía una taza que decía: ‘Shoot for the moon. Even if you miss you will land among the stars’ (Apunta a la luna. Incluso si fallas, aterrizarás entre las estrellas). Es decir, tienes que apostar alto aunque no sepas dónde vas a terminar”, dice la chilena.
Pinilla concluye: “Yo sólo les diría a las niñas latinoamericanas: sí se puede”.
Carrera “meteórica”
Estas dos astrónomas latinoamericanas tienen una vasta experiencia en el campo científico.
Laura Pérez egresó de la Universidad de Chile, donde cursó una maestría en astronomía.
Las astrónomas latinoamericanas han dedicado su carrera a estudiar la formación de los planetas.
Estudió un doctorado en el Instituto de Tecnología de California (Caltech). Luego trabajó en el Observatorio Nacional de Radioastronomía de EU, y en el Instituto Max-Planck de Radioastronomía, en Alemania.
Desde 2017 es académica de la Universidad de Chile, donde lidera un grupo de investigación astronómica. También participa en colaboraciones con equipos internacionales.
Paola Pinilla, por su parte, estudió en la Universidad de Los Andes, en Bogotá. A sus 24 años decidió trasladarse a Europa, donde trabajó en el Observatorio Europeo Austral.
Más tarde cursó estudios doctorales en astrofísica, en la Universidad de Heidelberg (Alemania), y tiene un posdoctorado en la Universidad de Leiden, en Holanda.
Al finalizar su formación, se convirtió en la primera colombiana en obtener la beca Hubble, que la Nasa otorga a científicos que quieren continuar sus estudios en alguna universidad estadounidense que trabaje con la agencia espacial.
Actualmente, tanto Pérez como Pinilla continúan intentando resolver incógnitas relacionadas con la formación planetaria.
La colombiana lo hace desde el University College de Londres, en Reino Unido, donde lidera un equipo de investigación relacionado con el tema, mientras que la chilena observa el fenómeno a través de los telescopios ubicados en el norte de su país.
mcc