Cuando la carrera se largó, el monoplaza de Checo Pérez quedó dañado por contactos de carrera con otros bólidos y esto le provocó ir a los pits en la tercera vuelta.
Ahí se le cambió la trompa al RB19 del 11, para que pudiera volver a la competencia y desde el fondo de la parrilla empezar a remontar y soñar con ese podio en el GP de Japón.
Pero a su salida de los boxes, el mexicano no respetó el Safety Car y adelantó a algunos autos, situación que le costó una sanción de 5 segundos.
Más adelante, el tapatío en la pelea por escalar chocó con el Haas de Kevin Magnussen, haciéndole de nuevo ir a los pits, cumplir ahí la penalidad, y de nueva cuenta cambiar la parte frontal de su auto.
Pero cuando se volvió a reincorporar a la carrera, reportó daños, mismos que provocaron abandono en Suzuka en la vuelta 15.
Desde entonces Pérez parecía que sería un espectador más, pero de pronto la toma mostró el momento en que el mexicano volvió a subir al RB19 y, sentado en él, espero hasta la vuelta 40, para regresar y dar un giro más.
¿El motivo? cumplir la sanción por el choque con Magnussen y así evitar que este le cayera en la siguiente carrera, en el GP de Qatar.
Luego de esto el de Guadalajara volvió a abandonar y desde lejos vio la victoria de Max Verstappen, que a la postre representó conseguir el bicampeonato de constructores para Red Bull.