Por José Meléndez

San José.– El incesante éxodo de Venezuela a Estados Unidos quedó atrapado en un nuevo drama humanitario al confirmarse este martes que, desde hace al menos 15 días, 22 migrantes irregulares venezolanos fueron secuestrados en México por una organización mafiosa mexicana que exige 3 mil 500 dólares a los familiares de cada uno por su liberación, para un total de 77 mil dólares.

La noticia fue dada a conocer por El Pitazo, uno de los principales medios digitales e independientes información periodística de Venezuela, con testimonios de los parientes de las víctimas, oriundas del occidental estado venezolano de Táchira, fronterizo con el nororiente de Colombia.

La venezolana Samira Gutiérrez, familia de tres de los secuestrados, contó que la noticia sobre sus seres queridos se ha convertido en un “dolor constante, porque son personas de muy bajos recursos y no tienen esa cantidad de dinero para garantizar la vida y libertad” de su hermana, Karilin Gutiérrez, su sobrino Jean Gregorio Jacome Gutiérrez, y su cuñado, Jean Carlos Jacome, reportó el medio.

El sobrino tiene 5 años; no trascendieron las edades de la pareja. Tampoco se dio información precisa acerca de la región mexicana en donde estarían secuestrados, pero se confirmó que en el grupo hay seis menores de edad.

“Debido a que deben recolectar 10 mil 500 dólares por sus tres seres queridos, Gutiérrez, su mamá y los familiares de los demás venezolanos secuestrados comenzaron a recolectar dinero en las calles, por campañas de redes sociales e incluso en el estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo en el clásico del futbol nacional Táchira-Caracas, el domingo 12 de noviembre”, en ese estado, narró.

La venezolana Carmen Jacome, cuyo hijo, yerno y nieto están desaparecidos, informó al medio que tras lograr cruzar “con dificultades” la jungla del Darién, “estuvieron un mes en México esperando el permiso para ingresar a Estados Unidos, pero en vista de que no tuvieron respuesta decidieron entregarse a las autoridades migratorias (mexicanas)”.

Jacome ofreció la única pista sobre la zona en la que el grupo de venezolanos se habría movilizado, al reportar que para entregarse viajarían hasta la ciudad de Torreón, en el nororiental estado mexicano de Coahuila, que es fronterizo con Estados Unidos. No obstante, la comunicación se suspendió.

“Ellos se fueron por allá porque aquí en Venezuela, como todo el mundo sabe, no hay futuro para nadie. La crisis económica que estamos viviendo aquí los hizo a ellos que se fueran”, puntualizó.

“Nosotros somos gente humilde y ellos se fueron para allá para un mejor futuro. Queremos que las autoridades venezolanas y mexicanas se aboquen a la investigación de ellos, a ver qué pasó con ellos porque en verdad no sabemos”, explicó.

El gobierno izquierdista de Venezuela siguió este martes sin pronunciarse sobre el caso.

El denunciado secuestro se sumó a las múltiples odiseas de los migrantes irregulares venezolanos, en especial por su tránsito por el Tapón del Darién en un agotador y peligroso recorrido a pie, en canoas y en autobuses, por ríos, pantanos y otros caminos por esa espesa y temible jungla del occidente de Colombia y del oriente de Panamá.

Panamá detalló que la mayoría de viajeros sin visas que, de enero a agosto de 2023, pasaron por el Tapón fueron de Venezuela, con 190 mil 889, Ecuador, con 42 mil 414, y Haití, con 35 mil 495.

Los informes de agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) confirmaron en 2023 que más de 7 millones 100 mil venezolanos de ambos sexos y de casi todas las edades migraron al exterior de Venezuela al menos desde 2014, para huir de la severa escasez y del incontrolable encarecimiento de medicinas, alimentos y artículos esenciales de la canasta básica familiar, con faltantes hasta de combustibles en una tierra rica en petróleo.

El secuestro de migrantes sin visas en México, principalmente oriundos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Venezuela, Cuba y Haití, por parte organizaciones mexicanas del crimen organizado se convirtió en el siglo XXI en una de las modalidades de los “coyotes” o traficantes de seres humanos de incrementar sus millonarias ganancias.

En ese tipo de hechos sangrientos y con saldos mortales fueron involucrados cárteles mexicanos como los de Sinaloa, Los Zetas y Jalisco Nueva Generación, con secuestros y retenciones de migrantes para exigir pagos a sus parientes en Estados Unidos o en sus naciones de origen.

En enero de 2021, 19 migrantes en su mayoría centroamericanos perecieron calcinados en el nororiental estado mexicano de Tamaulipas, en un presunto ataque a balazos del Cártel del Noreste (CDN) que se saldó con la quema de dos vehículos y de sus ocupantes.

En agosto de 2010 y en lo que se conoció como la matanza de San Fernando, también en Tamaulipas, 72 migrantes irregulares centroamericanos fueron asesinados en una acción atribuida al cártel de Los Zetas.

Angustia e impotencia

Según el medio digital venezolano, hace aproximadamente 15 días empezó “la preocupación de todos” los familiares en Venezuela de los 22 secuestrados en México. El más reciente contacto se registró el 30 de octubre anterior.

“Perdieron comunicación con los 22 venezolanos, pero luego de saber que estaban secuestrados, han intentado pedir ayuda a las autoridades, pero no han obtenido respuesta ni alguna solución. Las denuncias ante los entes encargados tampoco han conllevado interés oficial”, precisó.

“Evidentemente, fue para buscar calidad de vida que mi hermana, mi cuñado, mi sobrino y todos los muchachos se fueron de Venezuela. Lo hicieron huyendo de la crisis humanitaria compleja que se vive aquí, así es que nosotros no tenemos los recursos para pagar esta atrocidad de dinero”, relató Gutiérrez, una profesora que “gana menos” de 5 dólares al mes por su trabajo, añadió.

La educadora clamó: “Solamente Dios sabe el dolor, la angustia y el sufrimiento que nosotros como familia estamos pasando día a día. Y la impotencia de no poder hacer nada porque no tenemos los recursos, entonces cualquier granito de arena cuenta”.

De acuerdo con El Pitazo, la mujer “poco sabe” del grupo delictivo que tiene secuestrada a su familia, aseguró que desconoce el nombre de la banda, cártel o personas que la tienen y advirtió que “teme que, al saber y dar detalles, la vida de los tachirenses corra peligro”.

Al narrar que “estoy desesperada por todo esto”, reafirmó que “salieron del país por buscar una nueva vida”.

Los familiares de los 22 suministraron la lista.

Los menores son: Indarlith Melissa Ramírez Maldonado (14 años), Leonel Ramírez Maldonado (8), Ángeli Victoria Maldonado Rojas (9), Jenderson Yoneiker Maldonado Rojas (11), Jhon Jairo Olarte (ignorada) y Jean Gregorio Jacome Gutiérrez (5).

Los adultos son: Daniel Villamizar, Ludy Fonseca, Yeison Villamizar, Jonatan Villamizar, Wílmer Olarte, Herymar Sánchez, Deyerlin Sánchez, Greyber Jiménez, Jean Carlos Jacome, Karilin Sanilet Gutiérrez Mendoza, Estefani Alexandra Ramírez Ortegón, Mark Anderson Maldonado, Yenny Carolina Rojas Pérez, Yersik Lilibeth Maldonado Rey, Indar Alirio Ramírez Holmos y Jorge Enrique Durán Pineda.

“Quiero de verdad que de corazón me ayuden”, reiteró Gutiérrez.

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