Por Sebastián García Méndez
América salió con vida o tal vez, Tigres rescató el empate en casa. Lo cierto, es que todo se decidirá en el Estadio Azteca el próximo domingo.
Empate (1-1) que parecería favorable para los de Coapa, pero no hay nada escrito y la corona está para cualquiera.
No habían transcurrido ni dos minutos y la polémica ya se había presentado en el Estadio Universitario. Rafael Carioca debió ser expulsado por un pisotón en el talón sobre Diego Valdés. Todo quedó en amarilla, pero Marco Antonio Ortiz fue señalado inmediatamente por el banquillo azulcrema.
Julián Quiñones fue derribado dentro del área y el silbante no dudó en marcar el penalti. La oportunidad de oro para las Águilas había llegado.
Al minuto 51, Henry Martín venció a Nahuel Guzmán desde el manchón penalti. Esta vez el show del Patón no resultó.
Increíblemente el Volcán estalló más con la anotación azulcrema que en otros lapsos del partido. Su equipo necesitaba a los ‘incomparables’.
Robert Dante Siboldi movió sus piezas y antes de que dieran resultado, Ozziel Herrera empató el marcador en un tiro de esquina con un remate de cabeza. Tigres estaba de vuelta.
Sin embargo, el juego cayó en un bache y aunque hubo intensidad, las jugadas de peligro fueron disminuyendo para ambos bandos.
Tigres no pudo en casa. No puede ante América desde 2017 y ahora tendrá que jugarse la vida en el Coloso de Santa Úrsula. La corona está en el aire.