Grindavik.- Un volcán entró en erupción en el suroeste de Islandia, iluminó el cielo nocturno y lanzó por los aires roca semifundida en una espectacular demostración de fuerza en una región conocida por el fuego y el hielo.
“Una erupción comenzó en la península de Reykjanes”, detalló anoche la oficina meteorológica, en referencia a un volcán situado cerca de la capital Reikiavik. “Puede ser observada en webcams y parece estar situada cerca de Hagafell”, un poblado al sur de la capital.
El ministro islandés de Exteriores, Bjarni Benediktsson, aseguró en X que por ahora no hay interrupciones en los vuelos con origen y destino en Islandia y los corredores aéreos internacionales permanecían abiertos, aunque se reportan algunos retrasos.
La potencia de la erupción de la grieta volcánica que comenzó a escupir lava en la noche en Islandia sigue reduciéndose, según informó la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO por sus siglas en inglés).
“El flujo de lava se estima grosso modo en un cuarto de lo que era al inicio y un tercio de la grieta original está activo”, informó la institución en su último boletín.
Los surtidores de magma, que durante la noche llegaron a alcanzar 120 metros de alto según algunos medios, ahora suben hasta 30 metros como máximo, agregó el IMO.
De su punto álgido, en el que se extendía a lo largo de cuatro kilómetros, la actividad volcánica se ha reducido ahora a unos cinco núcleos a lo largo de la grieta original.
No obstante, los geólogos advierten de que no se debe bajar la guardia ya que se pueden abrir nuevas grietas sin previo aviso por las que salga el magma acumulado.
“Creo que es muy difícil decir nada cuando está la naturaleza de por medio, pero tal y como parece estar concluyendo esta mañana, parece que hemos tenido bastante suerte con la localización y desarrollo y esperamos que se mantenga así”, dijo esta mañana el ministro islandés de Infraestructura, Sigurður Ingi Jóhannsson, en declaraciones a la televisión pública RUV.
El sismólogo Itahiza Domínguez, del Instituto Geográfico Nacional en el Centro Geofísico de Canarias, advirtió de la mala calidad del aire. Señaló también que los mayores peligros de esta erupción podrían ser las coladas de lava que afecten a algunas infraestructuras o edificios, además de las emisiones de dióxido de azufre, que en función de los vientos podrían afectar a zonas afectadas, aunque insistió en que es pronto para asegurarlo y que dependerá de la evolución de la erupción y de su duración.
Localidad “podría terminar bajo la lava”
Islandia estaba en alerta por una posible erupción tras registrar en noviembre intensa actividad sísmica, que generó miles de pequeños temblores en la península sudoccidental de la isla. Los cerca de 4 mil habitantes de Grindavik, un puerto pesquero a 40 km de la capital, fueron evacuados el 11 de noviembre. El cercano balneario geotermal Laguna Azul, una de las principales atracciones turísticas del país, también cerró de forma temporal ese mes.
Los vecinos de la evacuada población pesquera tenían sentimientos encontrados mientras veían los destellos anaranjados en el cielo oscuro. Un mes después de la evacuación, muchos seguían en alojamientos temporales y no esperaban poder regresar nunca a vivir en sus hogares.
“La localidad en cuestión podría terminar bajo la lava”, señaló Ael Kermarec, un guía turístico francés residente en Islandia. “Es impresionante de ver, pero en este momento hay una sensación agridulce”.
“Esta no es una atracción turística y deben observarla desde una gran distancia”, alertó Vidir Reynisson, responsable de la agencia islandesa de Protección Civil y Manejo de Emergencias.
mcc