En cuestión de minutos, Connor Ketteman dice que su vecindario de St. Paul fue invadido por autos de policía, después de escuchar un sonido lamentablemente demasiado familiar. “Escuché al menos tres disparos, probablemente hubo entre tres y cinco segundos entre cada uno de ellos”, explicó Ketteman.

Según publica Fox 9, el sábado por la noche, antes de las 11 de la noche, la policía de St. Paul confirmó que un niño de 9 años recibió un disparo en el tobillo. La policía dice que se hicieron disparos contra una casa en Case Avenue East y los investigadores recuperaron casquillos de bala en el exterior. El niño fue trasladado al Hospital Regions con una herida que no pone en peligro su vida y desde entonces ha sido dado de alta.

Ketteman dice que el sonido habitual de los disparos ahora le hace temer por sus seres queridos. “Definitivamente he estado un poco preocupado, porque la gente es tonta cuando disparan. No prestan atención a lo que hay detrás de lo que disparan”, dijo Ketteman. “A veces crees que estás un poco en Gotham City”.

El tiroteo del sábado supone dos fines de semana consecutivos con víctimas jóvenes. El fin de semana pasado, un niño de 11 años recibió un disparo en la cabeza en St. Paul y la policía dice que una niña de 13 años fue la responsable. Las autoridades acusaron a Martínez Castillo Lloyd, de 34 años. Los documentos judiciales alegan que almacenó dos armas de fuego de manera negligente y que no es elegible para poseer armas. La víctima de 11 años ahora se encuentra estable y recuperándose.

“Los problemas de los adultos nunca deberían convertirse en problemas de los niños. Siempre es un poco patético cuando eso sucede”, concluyó Ketteman. “Quiero decir que eso apesta. Nadie quiere que un niño salga lastimado”. El jefe de policía de St. Paul, Axel Henry, envió un comunicado a FOX 9 el domingo:

“La semana pasada, nuestra ciudad experimentó una serie de casos de violencia armada que resultaron en dos niños víctimas, un amigo mató accidentalmente a otro y un asesinato a sangre fría en medio de una de nuestras calles. Esto tiene que ser un llamado a la acción para que nuestra ciudad ponga nuestro pie colectivo y diga: ‘¡No más!’.

“Estos incidentes son imperdonables. Son actos irreflexivos, imprudentes y peligrosos que no se puede permitir que continúen. Debemos unirnos para proteger a nuestros niños y enfrentar a los responsables”.

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