Quito.- Ecuador no ha dejado las relaciones comerciales con México ni los contactos políticos para mejorar la relación con ese país, rotas desde inicios de abril luego de una inusual y criticada irrupción de la policía ecuatoriana en la sede diplomática mexicana para apresar al exvicepresidente Jorge Glas, requerido por la justicia y con dos sentencias por corrupción.
El viceministro de Gobierno, Esteban Torres, en declaraciones a The Associated Press, reconoció el jueves que a pesar de que están en curso una demanda de México y una contrademanda de Ecuador en la Corte Internacional de Justicia “hay esfuerzos del gobierno (ecuatoriano) por dialogar”.
Torres, que actúa de hecho como vocero del gobierno de Daniel Noboa con ruedas de prensa casi semanales, se negó a dar más detalles aduciendo que ese tema está en manos de la Cancillería. A pesar de lo señalado, el presidente Daniel Noboa dijo esta misma semana en una entrevista de radio que México es “de nuestros peores socios” con exportaciones ecuatorianas de 202 millones e importaciones de 702 millones. “Los mexicanos siguen felices con las relaciones comerciales”, destacó.
Desde la ruptura de relaciones, tanto el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, como el mexicano, Andrés Manuel López Obrador, han mantenido posiciones contrapuestas y distantes. El primero reprocha el asilo que le fue concedido a Glas, requerido por la ley, mientras que el segundo rechaza el irrespeto a su sede diplomática, lo que fue criticado a su tiempo duramente por casi todos los países del continente. Por esa causa, la mayoría de oposición de la Asamblea se dispone a enjuiciar políticamente a la canciller, Gabriela Sommerfeld, y a la ministra del Interior, Mónica Palencia, a quienes responsabiliza por la irrupción a la legación mexicana.
El viceministro Torres considera que la Asamblea lleva “la discusión, el tema de la embajada de México a la sede legislativa, para debilitar la posición de Ecuador a nivel internacional” y acusó a la oposición de buscar “que se ventilen documentos que no se pueden ventilar normalmente, que se discutan temas que deberían dejarse en manos de la Corte Internacional”.
Para destituir a cada ministra se requiere del voto de al menos 92 legisladores, lo que el funcionario de gobierno consideró poco probable.
El presidente ecuatoriano asumió el poder a finales de noviembre del año pasado y debe gobernar hasta mayo del 2025, completando el período del expresidente Guillermo Lasso, quien el año pasado disolvió la Asamblea y acortó su mandato en medio de un pugna de poderes y de un juicio político que apuntaba a la destitución del mandatario.