El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) abrió hoy una causa penal por cruce ilegal de frontera contra dos periodistas italianos que hicieron un reportaje televisivo en la región fronteriza de Kursk, tras ingresar al país junto a las tropas ucranianas que irrumpieron en territorio ruso.

“El FSB incoó e investiga una causa penal contra los periodistas extranjeros Simone Traini y Stefania Battistini, que cruzaron ilegalmente la frontera estatal de la Federación Rusa e hicieron grabaciones de vídeo en la localidad de Sudzha de la región de Kursk”, informó la entidad a la agencia rusa Interfax.

El FSB añadió que “se lleva a cabo una valoración legal de los materiales distribuidos en los medios de prensa, que prueban la presencia en el puesto de control ruso de Sudzha del corresponsal extranjero Nick Payton (periodista de The Moscow Times, medio declarado agente extranjero y organización indeseable), tras lo cual se tomará una decisión procesual”.

Los corresponsales de la cadena estatal italiana RAI prepararon un reportaje para el Tg1, principal telediario de este medio, en la ciudad de Sudzha, tras cruzar la frontera rusa en compañía de militares ucranianos.

En el reportaje presuntamente entrevistan a civiles rusos que habrían sido abandonados a su suerte por las autoridades, los cuales aseguran que no son objeto de malos tratos por parte de los militares ucranianos.

Un punto de vista que contradice al de Moscú. El pasado miércoles el Comité de Instrucción de Rusia (CIR) informó que los civiles de Kursk denuncian casos “de crueldad y trato inhumano de los militares ucranianos, cuentan cómo se vieron obligados a abandonar a prisa sus casas junto a los niños, temiendo por sus vidas”.

Tras la divulgación del reportaje, el Ministerio de Exteriores de Rusia convocó a la embajadora de Italia en Moscú, Cecilia Piccioni, para protestar por la presencia ilegal de periodistas de la RAI en las zonas controladas por las tropas ucranianas de Kursk.

La diplomacia rusa denunció que tras violar las leyes rusas y las normas elementales de la ética periodística, “los corresponsales italianos aprovecharon su estancia en territorio ruso para blanquear por medios propagandísticos los crímenes del régimen de Kiev”.

“Estas acciones cometidas por ciudadanos italianos son penadas por el Código Penal de Rusia. Las correspondientes entidades rusas toman medidas para establecer las circunstancias del delito cometido por los empleados de RAI para su valoración jurídica y la toma de las medidas correspondientes”, concluyó Exteriores.

kicp/mcc

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