Por Jaqueline Tello
Matthew Perry, quien se ganó el cariño de millones como Chandler Bing en “Friends”, también fue un hombre que se atrevió a mostrar su lado más vulnerable. En su autobiografía “Amigos, amantes y aquello tan terrible”, describió con crudeza su dura batalla contra las adicciones, expresando su esperanza de que su historia pudiera servir como faro para aquellos que, como él, luchaban contra la oscuridad.
Sin embargo, recientes revelaciones sugieren que nunca logró escapar del todo de las sombras que lo acechaban. Según información obtenida por NBC News, el actor pidió a su asistente de toda la vida, Kenneth Iwamasa, que le administrara ketamina, una sustancia disociativa con efectos anestésicos y alucinógenos, tres veces el día de su muerte.
Recordemos que Perry fue hallado boca abajo e inconsciente en su jacuzzi el 28 de octubre de 2023. Además, de acuerdo con los reportes, le indicó a Iwamasa que le “inyectara una gran dosis” de la droga.
Esta información salió a la luz después de que su asistente fuera acusado y detenido el jueves, junto a otras cuatro personas, en relación con el fallecimiento de la estrella, quien fue víctima de una red de distribución del fármaco.
Así fue el último día con vida de Perry:
La versión indica que el artista de 54 años solicitó que se le pusiera ketamina a las 8:30 AM del jueves 28 de octubre y recibió una segunda dosis cuatro horas después mientras veía una película en su mansión de Los Ángeles.
Más tarde, le dijo a Kenneth que le diera una tercera ración y preparara su jacuzzi. Tras cumplir con sus tareas, Iwamasa salió a realizar algunos pendientes y, al regresar, encontró a su jefe sin vida.
La autopsia reveló que Perry había estado consumiendo el estupefaciente para tratar su depresión, pero en el mes previo a su muerte, su consumo fue excesivo.
Médicos y distribuidores de Ketamina involucrados en el caso Perry
Iwamasa había sido entrenado por el Dr. Salvador Plasencia, de 42 años, para administrar la ketamina a Perry. Plasencia también le recetaba pastillas y el fármaco líquido al actor.
Oficialmente, Perry había recibido la dosis controlada dos semanas antes de morir, pero le indicó a su asistente que continuara comprando el medicamento a Plasencia y, posteriormente, a un hombre llamado Erik Fleming, quienes también fueron acusados.
En la investigación se menciona que, aparentemente, el médico conspiró con el Dr. Mark Chávez para ganar dinero de manera rápida a costa de la débil lucha de Perry contra las drogas.
Durante las indagaciones, las autoridades de Los Ángeles interrogaron a varias personalidades de Hollywood, conocidas por estar inmersas en el mundo de los estupefacientes, para averiguar cómo Perry obtuvo el medicamento, ya que se encontraron mensajes del actor solicitando una cantidad específica de ketamina y preguntando cuánto tendría que pagar por ella.