Por Leobardo Vázquez Hernández
Con una dosis de fortuna y nerviosismo, Cruz Azul salió del Estadio Corregidora con las tres unidades al derrotar en un apretado duelo (0-2) a Querétaro.
Los dirigidos por Martín Anselmi no supieron aprovechar su superioridad en la primera parte, y tras un complemento difícil se quedaron con el resultado que en algo ayuda en la confianza a los celestes.
La Máquina salió fuerte, veloz y con mucha superioridad sobre la meta de Guillermo Allison, que con dificultades respondía junto a su sector defensivo para evitar la caída de su meta.
Comandados por Uriel Antuna y Ángel Sepúlveda, los cementeros fueron ampliamente superiores, pero su falta de contundencia fue vital para no abrir el marcador en los primeros minutos.
Tanta fue la insistencia visitante, que los esfuerzos tuvieron su recompensa, tras la marcación de un penalti, que fue cobrado de gran forma por parte de Carlos Rotondi al 45′.
La desventaja mínima fue aprovechado por la escuadra local, que con modificaciones se mostró más estable, seguro y peligroso sobre la meta de Kevin Mier en la segunda parte.
La nueva versión queretana causó en mínimo un par de ocasiones el suspiro de la afición local, que se quedó muy cerca de gritar el tanto de la igualdad.
La lucha de Querétaro por el empate se llevó prácticamente hasta el último minuto, que vio en una jugada a velocidad el segundo tanto visitante.
Gracias a una gran definición de Amaury Morales, que hizo explotar a la grada y selló el resultado al 90’+8.