En una elección que cuesta millones de dólares y muchos no quieren, California decidirá el martes en las urnas si revoca el mandato de su gobernador lo cual puede entregar con pocos votos a un recién llegado las riendas de la quinta mayor economía del mundo.
El joven gobernador demócrata Gavin Newsom ganó en forma arrasadora la elección de 2018 y está a un año de terminar su mandato.
Los intentos de revocatorio no son inusuales en este estado de mayoría demócrata. Fue justamente en un referendo de este tipo que la estrella de Hollywood Arnold Schwarzenegger se hizo con la gobernación en 2003, marcando el último mandato de un republicano en California.
Las buenas noticias para Newsom es que el soleado estado se ha fortalecido aún más como un bastión demócrata desde los tiempos del “Exterminador”.
Tampoco hay una figura del calibre de Schwarzenegger en la larga lista de contrincantes de Newsom, el carismático gobernador oriundo de San Francisco. Aunque la estrella de la televisión Caitlyn Jenner está disputando un espacio, quien puntea entre los adversarios es el animador de radio Larry Elder.
Pero a pesar de mantener una alta popularidad, los intentos de remover a Newsom avanzaron más de lo esperado.
Esto se debe, en parte, a la peculiaridad del referendo revocatorio. Las boletas contienen dos preguntas, siendo la primera de ellas si quieren remover al gobernador. Newsom necesita más de la mitad de los votos a su favor para continuar su mandato.
En caso de que el “Sí” se imponga con más de la mitad de los votos, su reemplazo se elige con la segunda pregunta que cuestiona a quien los electores quieren colocar en el poder.
En este punto, gana quien obtenga más votos de los 46 candidatos.
“Es casi imposible para un Republicano ganar una elección a gobernador [en California]. Esto es una forma de llegar al cargo”, explicó Jim Newton, académico de la Universidad de California, en Los Ángeles.
“Estamos enfrentando la posibilidad de que 49% de los californianos voten a favor de mantener a Gavin Newsom, y que pueda perder el cargo con alguien que obtenga 18 o 19%”, dijo Newton.
“Es ridículo. Es una falla estructural del referendo revocatorio”, opinó.
– “Arrogancia” –
En Estados Unidos la votación se realiza por correo o de forma presencial.
Newsom tiene a su favor que muchos electores privilegian el envío de sus votos por correo, debido a la pandemia.
Pero el gobernador también tiene contras, algunos que él mismo buscó.
En noviembre, fue retratado, sin máscara, en una cena en el exclusivo y lujoso restaurante French Laundry, en el valle de Napa.
Las imágenes generaron indignación entre los pequeños comerciantes que cerraron sus locales por las restricciones de la pandemia y también por contradecir sus recomendaciones de aislamiento.
“La arrogancia es increíble”, opina Anne Dunsmore, a cargo de la campaña pro-revocatorio “Rescate de California”.
Quienes defienden el referendo revocatorio están ansiosos por descargar una amplia letanía de quejas contra Newsom, incluyendo el problema de las personas sin techo y el alto costo de vida.
Pero por encima de todo, la votación se mantiene “en gran manera, como un referendo al manejo de Gavin Newsom de la pandemia”, opina Newton.
Agrega que aunque la mayoría de los californianos aprueban su respuesta a la crisis sanitaria, que contempló el primer confinamiento estatal del país, “es un momento muy difícil para ser un mandatario”.
– “Frívolo” –
Siendo el estado más poblado del país (40 millones de habitantes), California podría ser un territorio importante para los republicanos que se preparan para las elecciones legislativas del año que viene en la mitad del período presidencial.
Un nuevo gobernador podría eliminar órdenes como el uso de máscaras y vacunas, e inclinar la balanza en el Senado de Estados Unidos en favor de los republicanos, debido a que la senadora demócrata Dianne Feinstein, de 88 años, podría dejar su silla en breve.
Pero con una enorme presencia demócrata en el legislativo regional y con la próxima elección a gobernador en noviembre de 2022 (que Newson podría ganar), el impacto de un cambio de timón podría ser limitado.
Esto ha llevado a muchos a preguntarse cuál es el punto de este referendo.
Una reciente encuesta del Instituto de Políticas Públicas de California concluyó que 69% de los votantes de California cree que esta elección es un desperdicio de dinero.
“Es increíblemente caro para el Estado” e impacta enla gobernanza, dice el estratega Demócrata, Bill Carrick, quien cree además que debería haber un mayor análisis para evitar que el proceso “termine siendo tan frívolo en la urna”.
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