Quito, Ecuador.— El gobierno ecuatoriano declaró el estado de excepción en Quito y en seis de las 24 provincias del país ante el incremento de la violencia de grupos de narcotraficantes, según un decreto presidencial emitido ayer.

Debido a una “grave conmoción interna y conflicto armado interno”, la medida regirá por 60 días en las provincias costeras de Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena y El Oro y en la amazónica Orellana, además de la capital, Quito, y la localidad minera de Camilo Ponce Enríquez (en Azuay).

El decreto considera que en esas áreas se registra un “incremento de hostilidades, cometimiento de delitos e intensidad de la presencia prolongada de grupos armados organizados”. La resolución incluye el toque de queda por siete horas, a partir de las 22:00 locales en poblaciones de Guayas, Los Ríos y Orellana, además de Ponce Enríquez.

Ayer, un preso fue asesinado en Ecuador por al menos otros cuatro reclusos en la cárcel de la sureña ciudad andina de Cuenca, según confirmó el jueves la Fiscalía, que formuló cargos contra los cuatro sospechosos de haber matado a su compañero de prisión. Entre 2021 y 2023 fueron asesinados más de 500 presos en las cárceles de Ecuador, la mayoría en una serie de masacres por enfrentamientos entre bandas criminales rivales.

En septiembre concluyó el estado de excepción que estuvo vigente por 90 días en seis provincias.

En su guerra contra el crimen organizado, el presidente Daniel Noboa ha declarado de manera continua el estado de excepción para suspender derechos como la libertad de reunión e inviolabilidad de domicilio. Ante una violenta arremetida del narco en enero, el mandatario declaró al país en conflicto armado interno, lo que le permite desplegar de forma permanente a los militares en las calles para tratar de neutralizar a los criminales.

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