Por Hanzel Forteza
Detroit, Michigan.- Los Detroit Lions han tenido una buena temporada este 2024, siendo uno de los favoritos para llegar al Super Bowl en febrero de 2025, pues hasta el momento acumulan 12 juegos ganados y dos perdidos al termino de la semana 15.
Pero lo que pocos conocen es una historia que se oculta entre este equipo y es la del pateador estrella Jake Bates, el cual cumplió su sueño de jugar de manera profesional el futbol americano, luego de tener un pasado un poco difícil, el cual se convierte en una historia inspiradora para todos.
Jake Bates no se considera un héroe, sino un hombre de fe. Sin un historial destacado en las estadísticas escolares, sin menciones en partidos universitarios ni en el Draft de la NFL, Bates se ha convertido en una pieza clave para los Detroit Lions en su histórica temporada 8-1, un récord que el equipo no veía desde 1954.
A sus 25 años, Bates ha demostrado que los sueños pueden reactivarse incluso cuando parecen haber llegado a su fin. Su camino, sin embargo, no ha sido convencional. Desde su adolescencia en Tomball High School, Texas, alternó entre el soccer y el fútbol americano. Más tarde, en Central Arkansas y Texas State, se especializó en kickoffs, pero su carrera deportiva parecía perder rumbo al dejar el sueño profesional atrás.
Jake Bates, el inesperado héroe de fe
En Houston, trabajó como vendedor de ladrillos en Acme Brick, convencido de que su etapa deportiva había terminado. “Pensaba que el fútbol se había acabado para mí”, confesó. Pero en 2023, un gol de campo de 64 yardas en una pequeña liga profesional le abrió nuevamente las puertas del deporte.
En junio de ese año, firmó contrato con los Detroit Lions como suplente del pateador titular Michael Badgley. Una lesión en los isquiotibiales de Badgley le dio a Bates la oportunidad de brillar, aunque no sin desafíos. Durante los tryouts, Detroit buscaba más opciones de pateadores, pero al final confiaron en Bates.
Desde entonces, Bates ha sido impecable: 14 goles de campo en 14 intentos, incluidos dos decisivos en la Semana 10 contra los Houston Texans, con distancias de 58 y 52 yardas. Estos goles sellaron una victoria 26-23 y la quinta victoria como visitante de los Lions en la temporada.
En la Semana 7 tuvo uno de sus momentos más notorios de la temporada, contra los Minnesota Vikings, hasta entonces invictos. Con 15 segundos en el reloj y una multitud ruidosa, Bates convirtió un gol de campo de 44 yardas para dar la victoria a los Lions por 31-29. Por su actuación, fue nombrado Jugador de la Semana de la NFC.
“Solo me enfoqué en mantener la calma y repetía mi versículo favorito: Hebreos 12:1, que me ayuda a salir al campo y hacer mi trabajo”, explicó Bates, quien recibió el balón de la victoria de manos del entrenador Dan Campbell.
Hoy, Jake Bates no solo es el pateador revelación de la NFL, sino un ejemplo de cómo la fe y la perseverancia pueden abrir caminos inesperados. “Mi esperanza es que la gente vea a Jesús a través de mi historia”, afirma.