Repartidores estadounidenses continuaron hoy su segunda jornada de huelga contra Amazon con el sindicato Teamsters, que representa a la mayoría de empleados sindicados vinculados al gigante tecnológico, advirtiendo que los paros se intensificarán si no se accede a sus peticiones.

«Nuestro empuje sigue aumentando y no se detendrá (…) Los empleados de Amazon están cansados ​​de trabajar por salarios de pobreza para la segunda corporación más grande del mundo», afirmaron desde Teamsters en sus redes sociales este viernes.

Los piquetes se están desarrollando en almacenes ubicados en las ciudades de Nueva York, Atlanta y San Francisco, así como en otras ubicaciones al sur del estado de California y al norte de Illinois.

El sindicato, que dice representar a 10.000 trabajadores de Amazon en diez instalaciones de EEUU, pretende hacer mella en la compañía durante la temporada de compras navideñas y presionar así para conseguir un convenio laboral, mejoras salariales y mayores condiciones de seguridad durante sus jornadas de reparto.

Unos paros sin cifras oficiales

Sin embargo, los convocantes no han ofrecido siquiera una cifra aproximada del número de personas que ha secundado la huelga y Amazon asegura que no habrá ningún impacto en los pedidos para estas vacaciones, pues «no tiene constancia» de que ninguno de sus trabajadores haya parado sus labores.

«Lo que se está viendo en estos sitios son casi en su totalidad personas ajenas a la empresa -no empleados ni socios de Amazon- y la sugerencia de lo contrario no es más que otra mentira de Teamsters», expresó una fuente de Amazon a EFE.

Y es que desde la empresa de Jeff Bezos aseveran que Teamsters «coaccionó ilegalmente» a empleados para que se sumaran a la huelga y que, tras supuestamente no haberlos podido disuadirlos, han llevado a la linea de piquetes a personas externas.

En cualquier caso, acorde a la representación de Teamsters, los trabajadores en huelga contra Amazon representarían menos del 1 % de los 1,5 millones de empleados de la empresa en todo el mundo, incluidos los 800.000 con los que cuenta en Estados Unidos.

«Una protesta, no una huelga»

Amazon define esta situación como una «protesta y no una huelga», y esgrime que en la mayoría de casos no se sienten interpelados porque muchos de estos trabajadores forman parte de empresas que Amazon subcontrata para sus entregas de pedidos.

La pugna entre los sindicatos y Amazon se remonta años atrás. En 2022, su almacén de Staten Island (Nueva York) se convirtió en el primer centro sindicalizado en todo Estados Unidos, después de superar numerosas trabas de la corporación, que se resistía a admitir a un sindicato.

La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) validó entonces la creación del sindicato, pero la empresa impugnó su legitimidad por supuesta falta de transparencia en el proceso y se ha negado hasta hoy negociar un contrato colectivo.

De hecho, la propia NLRB también demandó por la vía administrativa a Amazon instándole a que se implicara en una «negociación constructiva» para conseguir que el centro de Staten Island consiguiera su primer convenio sindical, pero tras meses de apelaciones por parte de la compañía -que también niega haber cometido cualquier tipo de coerción- el caso está congelado.

Más allá de todo el ruido, en el Nasdaq, el índice tecnológico donde cotiza Amazon, la empresa de Bezos, lejos de ver su cotización bursátil mermada este viernes, registraba un avance del 0,60 % aproximadamente.

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