Por Marlem Suárez

Ciudad de México.- No fue solo un concierto: fue un reencuentro. Un regreso físico, sí, pero también simbólico. Porque Shakira, la misma que un día cantó “Estoy aquí” desde un rincón del mundo, volvió a hacerlo en el centro de una manada de lobas encendida, cicatrizada, poderosa.

Y en ese Estadio GNP Seguros que ahora la recibe en la primera de siete noches —marca histórica para una mujer—, la loba regresó no para llorar, sino para encender a su tribu.

“Estos últimos tres años no han sido nada fáciles para mí, pero si algo he aprendido es que de la caída se hace un vuelo más alto. Nosotras, cada vez que nos caemos, nos levantamos un poquito más fuertes”, dijo en sus primeros “aullidos”.

A las 21:59 horas, la pantalla se iluminó con un video donde la cantante camina por el desierto. En el fondo sonaba “La huesera”. Shakira apareció entre su gente, desfilando junto a sus bailarines por la mitad del recinto para subir al escenario. Al llegar, se quitó los lentes oscuros, sonrió ante el mar de luces y soltó:

“Hoy es una de las noches más especiales de la gira. Es la primera de siete en esta ciudad que tantas alegrías me ha dado… Todo lo mío es de ustedes. No hay mejor reencuentro que el de una loba con su manada mexicana. Ciudad de México, esta noche somos uno”, dijo.

Vestida primero con chamarra y pantalón blanco que después cambió por un atuendo rosa, abrió con “La fuerte”, su colaboración con Bizarrap. Y más que un tema, parecía un manifiesto.

Sin pausa, siguió “Girl like me”, y cuando mencionó a las latinas, las colombianas y las mexicanas, el estadio estalló. El furor creció con “Las de la intuición”, mientras el recinto se volvía una coreografía colectiva.

La energía alcanzó su primer pico con “Estoy aquí”, cuando Shakira gritó: “Estoy aquí, Ciudad de México”, y el estadio respondió como un solo cuerpo. Fue el momento en que la nostalgia se volvió coro, y el pasado resonó en miles de voces que parecían cantar con el alma.

El bloque íntimo llegó con “Empire” e “Inevitable”, donde la colombiana tomó la guitarra y su voz se impuso sobre todo. La frase, “seguir amándote es inevitable”, fue coreada con fuerza por el público, como si el tiempo no pasara por esas letras. Fue ahí donde el tono emocional se definió con mayor nitidez.

“¿Cómo se la están pasando, México? Esto es increíble, yo hoy no puedo estar mejor. Es un sueño, recibir tanto de ustedes. Bienvenidos al tour Las mujeres ya no lloran”.

Y justo antes de interpretar “Don’t bother”, lanzó una frase que ya es parte del código emocional de esta gira: “Le hicimos unos cambios a la letra… cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”, dijo con media sonrisa y mirada cómplice.

La noche avanzó con momentos eléctricos como “Te felicito”, donde apareció un robot lanzando chispas, pero la catarsis colectiva vino con “TQG”, canción que el público coreó con intensidad, mientras entre los gritos se colaban frases como “¡Maldito Piqué!” y “¡Te odiamos, Piqué!”, reflejo del lazo emocional.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Shakira decidió incluir a sus “cachorros” (Sasha y Milan) en el show. Si bien no los subió al escenario, sí aparecieron en video para cantar junto a ella “Acróstico”, un tema que conmovió hasta las lágrimas a su público.

El ambiente volvió a tornarse festivo con “La Bicicleta” y para eliminar cualquier referencia a su expareja, Shakira decidió cambiar la letra, provocando así una ovación por parte de los asistentes.

“Hips Don’t Lie”, “Loca” y “La Tortura” movieron de sus asientos a absolutamente todos; incluso había quienes trataban de seguir las coreografías que la barranquillera y sus bailarines interpretaban.

El tramo final del concierto es una celebración total y, como en México ninguna fiesta lo es realmente hasta que aparece el mariachi, Shakira decidió invitarlos a cerrar la noche junto a ella. Entre trompetas, guitarras y guitarrones sonaron los primeros acordes de “Bruta, Ciega, Sordomuda”, canción que el público había pedido y que la colombiana decidió regalar a la CDMX.

Cuando parecía que la noche llegaba a su fin, la cantante se arrancó con “Te aviso, te anuncio”, desatando un frenesí de baile y guitarras eléctricas. Luego, en la pantalla, apareció un video con los mandamientos de la loba:

  1. Protegerás y cuidarás de tu manada por encima de todo.
  2. No pedirás permiso para ser tú misma.
  3. Bailarás y cantarás cuando necesites sanarte.
  4. Aullarás, porque nadie podrá silenciarte.
  5. Una loba nunca ataca, ella se defiende.
  6. Una loba nunca compite con otras lobas. Se ayudan unas a otras.
  7. No reprimirás tu naturaleza.
  8. Elegirás tu camino sin que nadie te lo imponga.
  9. Las lobas no codiciarán las posesiones de sus vecinas. ¡Claramente!”

Las palabras resonaron con fuerza entre su público, que aulló en señal de complicidad. Acto seguido, Shakira interpretó con “La Loba” y para cerrar con broche de oro, cantó “Bzrp Music Sessions, Vol. 53”, donde, en el icónico verso “Clara-mente no es como suena”, el nombre de Clara Chía (pareja de Piqué) fue gritado con furia por los asistentes.

Entre luces, aplausos y un mar de emociones, la loba se despidió de su manada mexicana cerrando la primera de sus siete fechas en la capital del país.

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